En el sur de Perú, extendiéndose a través de una superficie de más de 500 kilómetros cuadrados, en una zona situada entre el océano Pacífico y los Andes, donde el viento se bate con fuerza cada día, el sol la quema sin clemencia y el volumen de precipitaciones es prácticamente nulo, aquí se encuentran las denominadas líneas de Nazca.
Si uno camina por el suelo de la zona puede ver que es de un color marrón, pero bajo esta primera capa se esconde otra de color amarillo.
Sus extraordinarios dibujos se extienden por toda su planicie y sólo son visibles desde el aire debido a sus espectaculares dimensiones, entre 3 y 300 metros.
Estos enigmáticos diseños geométricos han permanecido inalterados durante más de un milenio, desafiando a la Ciencia y a la Arqueología.
No fueron descubiertos hasta finales de los años veinte coincidiendo con los primeros vuelos por la zona, y la razón, como ya he dicho, es que solo son visibles desde las alturas.
Desde tierra, aquellos grabados no parecen más que una irracional sucesión de surcos, pero observados desde un avión muestran armonía y tal proporción que quien los trazó lo hizo para que alguien pudiera observarlos desde las alturas.
Entonces, ¿para quién o quienes se trazaron aquellas figuras y líneas? ¿Acaso para alguien que podía observarlas desde arriba? Y si es así, ¿quién volaba hace más de mil años?
La historia de estos dibujos comenzó en 1927 cuando un famoso arqueólogo llamado Mejía Xespe fue informado sobre la presencia de unos misteriosos jeroglíficos o líneas trazadas sobre el suelo de la costa peruana. A pesar de lo interesante que era el tema no se le dedicó mayor atención que el de clasificar el descubrimiento para su posterior estudio.
Pero fue ese mismo año, cuando llegó a Perú otro investigador, el doctor Paul Kosok, quien se mostró muy atraído por estas expresiones precolombinas, cuando en uno de sus primeros recorridos por el sur del país, al detenerse en lo alto de una meseta, pudo observar extensas líneas multiformes en ambos lados de la carretera, cerca de las montañas.
Grande fue el asombro de Kosok cuando el mismo día del descubrimiento, al proyectar los trazos en su tablero de aquellos supuestos caminos, pudo ver que uno de los dibujos adquiría la forma inconfundible de un pájaro en pleno vuelo.
Kosok entendió que se hallaba silenciosamente esparcido en estos dibujos lo que podía constituir el libro de astronomía más grande del mundo.
En 1946, Kosok regresó a su país no sin antes sugerir a la matemática alemana María Reiche (1905-1998), que le había asistido en las investigaciones, continuar con el estudio de los dibujos que él había empezado a descifrar. María dedicaría su vida a esta labor.
La verdad es que desde que pisó Nazca por primera vez, nunca más la pudo dejar. Para poder estudiar las líneas con mayor detenimiento María se mudó a una pequeña casa en la pampa, caminándola palmo a palmo y dibujando cada una de las formas trazadas en el suelo, barriéndolas con una escoba para que pudiera ser vistas de forma más clara, tanto por los investigadores y arqueólogos como por los muchos turistas que ya acudían para admirar estas misteriosas figuras desde pequeñas avionetas. En 1998, en contra de su voluntad, tuvo que abandonar la pampa, pero pronto regresó a sus amadas líneas, que ya no volvería a dejar nunca.
Reiche, las definió como el extraño testimonio y legado de las antiguas culturas peruanas: "Las líneas de las Pampas de Nazca son nada menos que una historia documental de la ciencia y de los hombres de ciencia del Perú prehispánico. En ella se encuentra registrada una tradición científica en donde los antiguos peruanos desarrollaron un abecedario para anotar los más importantes acontecimientos astronómicos de aquellos días. Las Pampas de Nazca son las páginas de un libro escrito con este extraño alfabeto".
Según sus investigaciones, suman más de treinta los geoglifos hasta hoy encontrados en las Pampas de Nazca. Se trata de animales marinos y terrestres, figuras geométricas y humanas. Entre los geoglifos de mayor tamaño están un pájaro de casi 300 metros, un lagarto de 180 metros, un pelícano de 135 metros, un cóndor de 135 metros, un mono de 135 metros y una araña de 42 metros.
Estas dimensiones son motivo de admiración. Reiche comenta que "hay un ave tan grande que uno puede colocarse en la punta de una de sus alas y no se puede ver ni la cabeza, ni la otra ala, sólo es posible percibir unas pocas líneas sobre el suelo, se tendría que sobrevolar el área para poder apreciarla en su conjunto". Por el contrario, la figura más pequeña encontrada hasta el momento es un espiral que tiene un diámetro de 3 metros.
Como se puede ver la dificultad en el trazado era impensable en la época mucho más teniendo en cuenta que "no veían lo que hacían" pues solo desde el cielo se aprecia su trabajo.
Entre los diseños de los animales que se perciben en Nazca figuran: una ballena, un perro con patas y cola largas, dos llamas, diversas aves como la garza, la grulla, el pelícano, la gaviota, el colibrí y el loro. En la categoría de reptiles, un lagarto, que fue cortado al construirse la Panamericana Sur, una iguana y una serpiente. Por otro lado se encuentran las imponentes figuras del mono, la araña y el caracol, entre otros.
Construcción
Se cree que las figuras tuvieron un modelo a escala del dibujo, a partir del cual se calcularon sus distancias reales y se organizó el trabajo de campo, que no era otro que la simple señalización del contorno de las líneas o geoglifos con estacas unidas por cordeles, y la posterior retirada de cantos en su recorrido, acumulándose éstos en el perímetro del diseño.
Como la superficie del desierto peruano está formada por una capa de cantos de color rojizo oscuro, producto de la oxidación, y otra debajo de ella de color amarillo claro, el contraste de colores al ser retirados los cantos, junto con la profundidad de los surcos, permite poder apreciar las líneas a gran distancia, y que a día de hoy, todavía las misteriosas figuras tomen vida.
Aunque prevalece el hecho de que las figuras solo pueden ser observadas desde las alturas y para trazarlas desde el suelo de forma simétrica era necesario verlas desde arriba. Y nadie, que se se sepa, volaba entonces. O, como insinué anteriormente, quizás sí.
Cronología
No fue hasta el año 2004 cuando se investigaría el origen de las líneas desde su génesis, es decir, a partir de la civilización que habitó el lugar, la civilización Nazca. Comenzaron las excavaciones en asentamientos prehistóricos Nazca, y con ellos los primeros descubrimientos.
A pesar de que esta civilización no sobrevivió, las miles de vasijas de cerámica y ofrendas que se enterraban junto con los muertos, y los propios difuntos, lograron darnos respuestas de cómo eran, qué comían, como luchaban y sobre todo, si fueron ellos o no los constructores de las líneas de Nazca.
La vasijas y ornamentos hablaron, y se halló que los dibujos de Nazca también estaban representados en ellas, muy probablemente y como propia cultura de su civilización, anteriores o al menos coincidentes a las representaciones en el desierto peruano.
Aunque las líneas más famosas representan criaturas familiares la gran mayoría, miles de ellas, son figuras geométricas inmensas que recorren kilómetros y se entrecruzan formando laberintos indescifrables.
Fechar certeramente el momento en que fueron dibujados estos geoglifos ha representado para los arqueólogos un fuerte dolor de cabeza, debido a que por su naturaleza no se les puede aplicar las técnicas tradicionales de datación, como el de medición de Carbono 14. Sin embargo en base a estudios iconográficos (de las formas y detalles en los dibujos) se han identificado a algunos de estos motivos en la cerámica de la cultura Nazca, motivo por el que desde un principio se han ligado estas líneas y figuras con la mencionada nación prehispánica.
Sin embargo, usando tecnología y conocimientos de los últimos años un grupo de científicos encabezados por Persis B. Clarkson y Ronald I Dorn han puesto en práctica un novísimo método de datación que consiste en analizar la cantidad de Carbono 14 (C14) contenido en materiales orgánicos de tamaño milimétrico atrapados en el barniz de roca, que es una capa que se forma en la superficie de las piedras en climas extremadamente secos. Para esta medición emplearon un espectrómetro de masa (EM) de C14. Los fechados producidos por éstos análisis ubican a muchas de estas líneas y figuras entre los 550 a 650 años d.C., esto es durante la fase Nazca Temprano del Período Intermedio Temprano.
Hipótesis sobre su significado
Lo que está claro es que casi todo investigador que las ha estudiado tiene una teoría sobre las líneas de Nazca.
Sobre ellas han surgido multitud de conjeturas. Muchas razonadas antropológica e históricamente, otras muy osadas como la que afirma que podía tratarse de señales y pistas de aterrizaje para naves extraterrestres.
Esta teoría derivó en la hipótesis de los antiguos astronautas, ya que algunos estudiosos han creído ver la figura de un hombre volando. Recordemos que viejas leyendas del lugar hablan de unos misteriosos y diabólicos hombres lechuza. Aspecto del cual, a parte de las diversas interpretaciones populares que puedan haber surgido en torno a ellos, se tienen pruebas palpables plasmadas en la cerámica Nazca.
A fuerza de ser sinceros, estas líneas, pese a parecer las propias de un aeropuerto, difícilmente podrían ser pistas de aterrizaje para seres de otros mundos, a quien suponiéndoseles una desarrolladísima tecnología cuesta imaginarlos usando unas rudimentarias pistas de arena, que dicho sea, tampoco ofrecen las condiciones necesarias para tal fin.
La opinión de María Reiche, también conocida como la Dama de Nazca, la que defendió a lo largo de su vida, fue que se trata de un observatorio astronómico, hipótesis completamente descartada hoy, porque hay muchas líneas que nada tienen que ver con el cielo. Se ha demostrado que sólo un 30% de las figuras podrían ser relacionadas astronómicamente al marcar éstas posiciones o movimientos astrales, y además el evidenciar que cualquier figura representada en el desierto peruano puede hacerse coincidir al azar con alguna de las posiciones o alineaciones celestes. Por lo tanto toda esta teoría se basaba en una probabilidad estadística. Además los arqueólogos no han descubierto ninguna de las herramientas que teóricamente usaron los nazca.
Otras teorías
Idealización de constelaciones. Algunos estudiosos que plantean en enigma en la misma senda astronómica creen que las figuras que representan colibrís, arañas o monos son, básicamente, idealizaciones de algunas constelaciones.
Otra teoría que las representaba como un gigantesco Horóscopo que marcaba fechas astronómicas de la época también quedó desestimada, pues tras estudios más profundos se observó que solo cumplían con los requisitos de orientación un 20% de las líneas, lo cual no sobrepasa el límite marcado por la casualidad.
Lugar de culto. Varias culturas han vivido desde hace 2000 años en los alrededores de la Pampa del Ingenio, donde hacían dibujos similares a los que se han encontrado en sus cerámicas o tejidos. Johan Reinhard propone que las líneas forman parte de cultos para atraer el agua, el bien más preciado. Algunas unen la zona con montañas lejanas, consideradas mágicas. En resumen, sería un importante centro religioso de los últimos 1000 años.
Telares. En los 80, Henri Stierlin propuso que se trataba de una especie de telar gigantesco, una ocupación relacionada con el culto a los muertos.
Líneas de agua. Algunos estudios proponen que ciertas líneas siguen acuíferos subterráneos y servirían como indicador de los mismos y para hacer pozos de extracción. Pero esto sólo ocurre en seis casos, de entre los cientos de cruces de líneas que marcan las pistas de Nazca.
Aunque a este respecto hay que advertir que la zona tiene un clima severo y la insistente sequía, llueve media hora cada dos años, inspiró a la civilización Nazca a crear sobre el año 400 de nuestra un método para extraer agua del subsuelo y trasvasarlo a los campos de cultivos por medio de una red de puquios (palabra quechua que quiere decir manantial natural, aunque actualmente se denominen acueductos) y de pozos espirales que servían de ventilación y de acceso para su mantenimiento y limpieza entre los valles de Nazca.
Esta red de acueductos continúan a día de hoy trasladando agua como el primer día.
Otro aspecto interesante relacionado con el agua describe el descubrimiento por parte de expertos del Instituto Andino de Estudios Arqueológicos de enigmáticas conchas marinas encontradas en yacimientos de la pampa, propias de aguas ecuatoriales, que se encuentran mucho más al norte. ¿Qué hacían allí esas conchas? Al parecer antaño la temible corriente de El Niño activaba su poderosa fuerza y las conducía desde las aguas de América Central a las frías del sur del Perú, donde está Nazca.
Y cuando bramaba lo hacía llevando consigo virulentos fenómenos meteorológicos. Con ellos las esperanzadoras lluvias a una de las tierras más áridas del planeta. Curiosamente allí se encontraron también maíz y semillas. Podría tratarse de ofrendas relacionadas con los elementos más identificativos de la agricultura nazca.
A partir de estos datos, los arqueólogos han supuesto que esas conchas marinas se asociaron a la fertilidad. Cuando ellas llegaban, lo hacían con la tan necesaria lluvia.
Otro argumento que también hay que describir es el de los sacrificios.
En los asentamientos se han descubierto fosas con enterramientos de hombres decapitados, y túmulos de cabezas seccionadas que correspondían a niños, mujeres y hombres, lo que demostraba que las decapitaciones hechas con armas cortantes, eran consecuencia de batallas o de ritos ceremoniales.
En paralelo con esta segunda opción se descubrió casualmente y a pocos kilómetros del centro ceremonial de Nazca la mayor concentración de ofrendas ceremoniales y geoglifos, lo que sin duda podría desvelar que las líneas pudieran estar estrechamente relacionadas con aspectos religiosos y rituales de su sociedad, y por lo tanto algunos geoglifos eran especies de templos al aire libre construidos para la celebración de ceremonias religiosas centradas alrededor del agua y la vida, en las que se imploraba a los dioses, lluvia y fertilidad para sus tierras.
Ni que decir tiene que las necesidades de una región con una sequía tan extrema no eran otras que las de asegurar el agua y las cosechas para su supervivencia.
Lo más probable es que los Nazca, al igual que ha ocurrido con otras civilizaciones, a través de sus ceremonias y rituales religiosos reclamasen a sus dioses el abastecimiento de agua y pactasen la vida de su civilización a partir de ofrendas y sacrificios, muy probablemente humanos.
Por ello, el sacrificio por la comunidad pudo ser uno de los ritos más importantes y la contribución más elevada para los integrantes de ella, ser elegido ofrenda para los dioses en pos del bienestar de la civilización Nazca.
La muerte no era un motivo de desgracia completamente sino que los nazca veían a esta, quizás impulsado por sus creencias religiosas, como una regeneración hacía otro lugar.
En uno de los esqueletos decapitados hallaron una vasija donde se representa en la parte inferior una cabeza humana, muy probablemente aquellas mismas que decapitaban como sacrificio para sus dioses, y sobre ella y en la parte superior un árbol que nace de su cráneo, es decir, se ve brotar vida de la cabeza seccionada, vida que se transforma en esperanza para sus cultivos.
A modo de epílogo
A pesar de todo lo expuesto, el misterio de Nazca no está ni mucho menos resuelto. Nadie sabe todavía como obraron aquel gigantesco entramado.
Sus líneas y geoglifos representan parte de la historia, conocimientos y creencias de los peruanos, y en 1994 fueron declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.