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Enigmas de la Historia: La secta ocultista que trató de destruir el cristianismo

La Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte‚ Deutsches Ahnenerbe e.V. (traducido del alemán como "Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana"), conocida como Ahnenerbe o también SS-Ahnenerbe, que pronto sería conocida como "Herencia de los Ancestros" fue una entidad científica alemana constituida formalmente el 1 de enero de 1935, al cumplirse dos años de la subida al poder de los nazis, por dirigentes e ideólogos del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán para realizar y divulgar investigaciones con fines educativos en apoyo de la ideología nazi y en particular, de sus teorías relacionadas con la raza aria en paralelo con sus investigaciones de la raza germana.


Por aquella época, Hitler ya había sido nombrado Canciller de Alemania y el Partido Nazi dominaba toda la política del país. Sin embargo, el Führer quería enfrentarse al mundo y sabía que necesitaría varias cosas: toda la ayuda necesaria para vencer y, sobre todo, que la sociedad aceptara el nazismo como una creencia indiscutible. Ambas tareas serían encomendadas a esta nueva secta paracientífica.
Sus objetivos eran fundamentalmente tres: investigar el alcance territorial y el espíritu de la raza germánica, rescatar y restituir las tradiciones alemanas, y difundir la cultura tradicional alemana entre la población.
En 1940, es integrada en las SS como la sección coordinadora etnológica, Ahnenerbe-Stiftung, del Instituto de investigaciones científicas militares, Institut für Wehrwissenschaftliche Zweckforschung. En su organigrama, estaba presidida por Heinrich Himmler y dirigida por el rector de la universidad de Múnich, el profesor Sturmbannführer-SS Walther Wuest.


Su administración en numerosos departamentos fue puesta bajo la responsabilidad del coronel Standartenführer-SS Wolfram Sievers, orientando su actividad hacia expediciones arqueológicas, etnológicas y antropológicas tanto en países sudamericanos como Brasil o países del Himalaya, con el objetivo de demostrar las teorías de la superioridad racial, defendidas desde los años 1910 por los extremistas de la Sociedad Thule, después adoptadas por la doctrina política de Adolfo Hitler.


Al final de la guerra, quedó disuelta y sus actividades investigadas en el marco de los juicios de Núremberg, siendo declarada organización criminal en 1946 junto con las SS. Sievers fue juzgado y condenado a la pena capital como criminal de guerra. Por su naturaleza, la Ahnenerbe y su historia son uno de los temas abordados por las controvertidas teorías sobre el ocultismo nazi.

Orígenes: 1935–1939

Rosenberg y Himmler: dos sensibilidades opuestas

Los escritos  del historiador laico y estudioso de las religiones antiguas y símbolos, que ejerció como líder nazi dentro de la división Ahnenerbe hasta 1937, cuando dejó el grupo por completo, Hermann Wirth  no eran apreciados en absoluto por Alfred Rosenberg, considerado uno de los autores principales de los credos ideológicos nazis claves, que vetó su difusión en el partido provocando el distanciamiento durante unos años del profesor holandés hacia el NSDAP.


La razón del enfrentamiento es, seguramente el carácter universitario y profesoral de las tesis de Wirth que chocaban con el intuicionismo de Rosenberg, especialmente en lo referido a los límites del germanismo. Pero en 1934 Wirth venció el cerco impuesto por Rosenberg y pudo entrevistarse personalmente con el Reichführer. A las pocas semanas empezaría a relacionarse con Walter Darré. Ambos, Himmler y Darré, uno desde las SS y otro desde el Ministerio de Agricultura estuvieron de acuerdo en impulsar una sociedad que estudiara el origen del germanismo y diera sólidas bases científicas a la doctrina oficial del partido. Era evidente que Rosenberg podía creer que le estaban "segando la hierba bajo los pies"... éste reprochaba a Wirth el contenido de su obra ¿Qué es el alma alemana?, a la que acusaba de racionalista.


Pero la cooperación Himmler-Darré no podía durar por mucho tiempo, ambos partían de concepciones diametralmente opuestas: Darré sostenía que el campesinado era el alma generador del germanismo, Himmler, por el contrario, partía del concepto del guerrero como tronco de la tradición teutona. La referencia a una u otra casta tenían consecuencias de enfoque político de primer orden: si el germanismo tendía a una expansión hacia el Este por imperativos geopolíticos, tal expansión podía realizarse mediante la colonización agraria o mediante la conquista guerrera.

Registro de la Ahnenerbe

La Ahnenerbe se registra como fundación a partir de contribuciones el 1 de julio de 1935 por Heinrich Himmler, inspirado por Hermann Wirth, profesor holandés, especialista en el estudio del germanismo. Su afiliación al NSDAP data de 1925. El primer departamento de la organización fue creado directamente por Wirth, era el Instituto para el Estudio de la Escritura y de los Símbolos, que prestaba particular atención al estudio del antiguo alfabeto rúnico que tanta importancia tuvo en la simbología del nazismo. El mismo símbolo de la Ahnenerbe era una runa. La runa de la vida.


Además también del teórico Walter Darré, con el fin, según establece el auto de acusación del proceso de Núremberg llamado de los médicos: ...realizar investigaciones sobre la raza indogermánica del norte y divulgar sus resultados de una manera interesante al público. Ahnenerbe. pag. 188, en The Milch Case. NUREMBERG MILITARY TRIBUNAL Volume II • Pages III, IV & V
Tras la formación de la sección dedicada al estudio de las runas vinieron varias más. En 1936 se constituyó el departamento de lingüística, en 1937 el de investigación sobre los contenidos y símbolos de las tradiciones populares, y un año después el departamento de arqueología germánica. Este último se haría famoso por sus extrañas expediciones.
Estas actividades, extraordinariamente diversificadas hacían que se multiplicaran los departamentos en el seno de la sociedad. Llegó a tener 43, dedicados a danzas populares y canciones tradicionales, estilos regionales, folclore, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales, etc.
De todas las premisas necesarias que había que cumplir para formar parte de la Ahnenerbe, la principal era la de contar con el título de doctor universitario. Por su parte, el sistema de trabajo consistía en la organización de diferentes grupos de estudio a cargo de un coordinador.
Colaboradores de la Ahnenerbe fueron también Franz Altheim, especialista en el Bajo Imperio Romano y en el Imperio Alejandrino, Eric Oxenstierna especialista en cultura nórdica y en particular en la historia vikinga, o el mismo Hermann Wirth, especialista en antigüedad escandinava que pudo realizar dos viajes financiados por la Ahnenerbe al extremo-norte que consideraba como foco originario de la raza aria. Este erudito y hombre de acción era de nacionalidad holandesa, pero había combatido en las filas del ejército alemán durante la guerra del 14 al 18, obteniendo al Cruz de Hierro de Primera Clase y varias menciones al valor.


Objetivos

Se impulsó a través de esta sociedad la construcción de monumentos que loaran a los héroes de la revolución nacional- socialista (como por ejemplo el Memorial de las Hitler Jugeng en la isla de Rugen, construido en honor de Hans Mallon, joven hitleriano asesinado en 1931), se realizaron excavaciones arqueológicas, se conservaron monumentos de la historia alemana (incluidas la sinagoga Staranova de Praga del siglo XIII o el cementerio de Worms, en el Rhineland), etc.
Es curioso constatar también como la Ahnenerbe no se preocupó solamente de actividades intelectuales, la forja del carácter y ciertas actividades deportivas ocuparon parte de su tiempo. En particular la Ahnenerbe daba gran importancia al alpinismo y la espeleología hasta el punto de que un SS que quisiera ascender en la jerarquía de la organización debía destacar en algún deporte en particular en aquellos cuya práctica supusiera una forja del carácter. Los dirigentes nazis apenas realizaron referencias públicas a la Ahnenerbe. Solamente consta en 1937 una alusión realizada por Himmler tras el descubrimiento en Altchristenburg, Prusia Oriental, de un poblado germánico protohistórico antiquísimo (que refutó las tesis de la Prusia eslava conquistada por los Caballeros Teutónicos y privó de argumentos científicos a las reivindicaciones eslavas), el Reichführer propuso que allí donde se encontrara una compañía de las SS debían ser impulsados los centros culturales de la Ahnenerbe.
El objetivo final era lograr una ideología "total", capaz de interpretar todas las actividades de la vida y de la ciencia a su luz.

Los misteriosos jefes de la Ahnenerbe

El misterio que rodea a la Ahnenerbe no se desvelará tras la guerra: los archivos de la organización serán destruidos en su mayor parte y los historiadores e investigadores serios se preocuparán solo parcial y fragmentariamente de la institución. Andre Brissaud escribe que los trabajos de la sociedad eran "asuntos secretos del Reich" y comprendían desde lengua y literatura germánicas hasta yoga y zen, doctrinas esotéricas e influencias mágicas sobre el comportamiento humano". De hecho, no todas las secciones de la Ahnenerbe tuvieron la misma repercusión. Entre las más conocidas, se encontraba la rama ocultista.
La sección esotérica estaba a cargo de Friedrich Hielscher -amigo del explorador Sven Hedin- y Wolfram Sievers; el famoso escritor Ernst Jünger y el filósofo judío Martín Buber, colaboraron, así mismo, de la Ahnenerbe. Hielscher, según Brissaud, fue miembro de la logia Thule. Lo cierto es que su nombre no aparece en la lista de afiliados facilitada por el Barón Sebotendorf como apéndice a su libro Antes de que Hitler viniera.


Lo que si parece confirmado y refieren varios historiadores es el comportamiento extraño de Hielscher en el proceso de Núremberg: se negó a decir nada sobre la Ahnenerbe y acompañó a Sievers al patíbulo.
Sievers, movilizado el 16 de junio de 1941 e incorporado a la Liebstandarte Adolf Hitler, había sido acusado de "crímenes contra la humanidad" y fue juzgado y ejecutado en 1948.
En cuanto a Hielscher su final resulta oscuro: se sabe que fue arrestado en Marburg en septiembre de 1944 por la Gestapo. Luego enviado a Berlín y liberado en diciembre de ese año. Tras testimoniar en Núremberg a favor de Sievers desaparecerá para siempre de la historia. Walter Wust, era el director de los trabajos científicos, mientras que Sievers se encargaba de la organización. Wust dimitió en 1943, pero esto no le impidió ser igualmente condenado a muerte en Núremberg, siéndole luego conmutada la pena.


La dirección ideológico-cultural que la Ahnenerbe ejerció sobre las SS se fue haciendo más palpable con el paso del tiempo. Desde un principio la Ahnenerbe colaborará estrechamente en la redacción de lo esencial del contenido de la revista SS Nordland y de la revista de estudios prehistóricos Germanien. A finales de 1936 la Ahnenerbe asumirá el control de Nordland. En 1942 se acentúa esta tendencia y la Ahnenerbe aumenta su presencia formativa en las escuelas de oficiales de las SS.

Lucha de facciones en la cultura nazi

El panorama de las investigaciones arqueológicas en la Alemania pre-nazi estaba dominado por el Instituto Arqueológico Alemán, institución tradicional cuya especialidad era el estudio del pasado greco-latino y oriental. Otra entidad, el Instituto Romano-Germánico de Francfort analizaba la historia y los vestigios del Sacro Imperio Germánico. Ambas instituciones gozaban de gran prestigio internacional. Pero una tercera institución agrupaba a especialistas locales en protohistoria germánica; se trataba del Instituto Arqueológico de Marburg que defendía la tesis del origen nórdico de las poblaciones germánicas. Gustav Kossina era el principal exponente de esta tendencia que venía en ayuda de las tesis de nazis. Los nazis lograron ya desde el inicio del NSDAP establecer una corriente de simpatía en el Instituto Arqueológico y la afiliación de varios de sus exponentes que veían en el NSDAP el ariete político para hacer triunfar sus tesis de "revolución cultural".


Sin embargo la "ciencia oficial" contemplaba con escepticismo las tesis de Kossina y de los suyos. Este inspiró hasta la fecha de su muerte, 1931, la revista Mannus en la que sostenía que un único tronco indo-ario, que descendió del norte habría dado vida a las grandes culturas tradicionales, de la India Védica al Irán zoroástrico y de Grecia a Roma, pasando por Irlanda. La tesis era rechazada por los miembros del Instituto Romano-Germánico y del Instituto Arqueológico Alemán. Esta polémica entre instituciones afectó y condicionó en parte las actividades de la Ahnenerbe. En 1929 Alfred Rosenberg, ideólogo oficial del NSDAP, confió a un viejo militante del partido, Hans Reinerth, la creación de un departamento de estudios arqueológicos sobre el germanismo. Durante años su portavoz fue la revista Germanien Hierba. La decantación de los eruditos del Instituto de Marburg hacia las posiciones del NSDAP se debió en buena parte a la obra del tándem Rosenberg-Reinerth. Por su parte los miembros de las otras dos instituciones, teniendo en cuenta la nueva situación creada en Alemania tras el advenimiento del nazismo y conociendo las diferencias ideológicas y de enfoque entre Rosenberg y Himmler, decidieron apoyar las iniciativas de este último para contrarrestar las proyectos culturales del primero. En este hecho radica la explicación -y ya hemos insistido anteriormente en este punto- de que las SS y la Ahnenerbe en concreto, contaran con el apoyo de buena parte de la intelectualidad y la ciencia alemanas; pertenecer a las SS era una patente de seriedad y la garantía de poder trabajar sin ser aguijoneados por la censura.

La Ahnenerbe por todo el planeta

Las actividades de la Ahnenerbe son prodigiosas por su diversidad. Una parte se dedicaba a los estudios que podríamos llamar "científicos" o "antropológicos", sin embargo, las actividades "esotéricas" tenían también su lugar y, de hecho, las actividades de Sievers, Hielscher, Schaeffer (director de la expedición al Tíbet), etc. muestran que Himmler había considerado la posibilidad de utilizar a la sociedad como el impulsor de las actividades culturales que facilitaran a las SS una sólida formación doctrinaria.


En marzo de 1938 un equipo de la Ahnenerbe dirigido por Herbert Jankunh inicia una campaña de excavaciones arqueológicas en Haithabu, cerca de la frontera danesa.
Se descubrirán poblados vikingos protohistóricos. Incluso durante la guerra los gobiernos colaboracionistas con los nazis llegarán a ofrecer sus lugares de interés arqueológico a los investigadores nazis.


Las actividades “científicas”

La aptitud de esta organización, llevó al hecho de que en sus actividades científicas se filtraran elementos de dudosa estabilidad psíquica y, en muchos casos, de nula categoría profesional, entregados a experimentos extravagantes y arriesgados que costaron la vida a varios prisioneros en Dachau. En efecto, dentro de la Ahnenerbe figuraba un Instituto de Investigaciones Científicas para la Defensa Nacional. De este Instituto partieron experimentos anticancerosos en 1939, realizados sobre prisioneros de Dachau y que costaron algunas vidas. En 1941 el doctor Sigmund Hascher crea en este campo de concentración un Instituto de Medicina Aeronáutica que costó la vida a varios detenidos.

Crímenes en el Instituto Anatómico de Estrasburgo

Los prisioneros que sufrieron estos experimentos, considerados posteriormente como crimen contra la humanidad, procedían principalmente del campo de Natzweiler y Dachau, cuyas instalaciones y equipamiento estaban a disposición expresa de la Ahnenerbe para las investigaciones que dirigía de manera especialmente activa el Prof. Hauptsturmfuehrer-SS August Hirt y el Dr. Sigmund Rascher, del Instituto anatómico de la Reichsuniversität de Estrasburgo.


Se realizan experimentos sobre detenidos con idéntico resultado. Se le solicita a Sievers "cráneos de comisarios judíos" para analizar sus medidas antropométricas. Algunos de estos "científicos" cometieron notorios excesos siendo detenidos por la Gestapo; tal es el caso de un tal Doctor Rascher, acusado de rapto de niños. Será ejecutado por los propios nazis en marzo de 1945. Pero era evidente que una organización tan amplia como la Ahnenerbe, en la que sus departamentos gozaban de gran autonomía y que debió actuar en un momento de grandes convulsiones, no podía evitar que se cometieran excesos de este tipo. Lo cierto es que la mayor parte de la Ahnenerbe no estaba formada por este tipo de "científicos", pero sobre estas prácticas fragmentarias y sobre estos sujetos aislados se construyó la acusación de "crímenes contra la humanidad" contra los dirigentes de la institución.

Condena

Las evidencias aportadas de la colección del profesor Hirt y los experimentos de Dachau y Struthof consiguieron que la sala tribunal militar I del juicio de Núremberg, conocido como «proceso de los doctores», condenase el 26 de octubre de 1946 a la pena de horca al coronel Wolfram Sievers por los asesinatos, brutalidades, torturas y demás actos inhumanos en los que participó esta organización. La pena fue ejecutada el 2 de junio de 1948, siendo el único miembro conocido de la Ahnenerbe que fue ajusticiado.

Experimentos

Se consideró que la Ahnenerbe procuró los recursos para que se llevaran a cabo diversos experimentos con criminales condenados y ejecutados en los campos de concentración de Dachau y Struthof-Natzweiler, como establece el documento o sentencia del juicio de los doctores:

- Resistencia a altitud: dentro de cámaras de despresurización en Dachau, numerosos prisioneros sufrieron la muerte.
- Inyecciones de cepas de malaria y extractos de glándulas de mosquito.
- Resistencia a congelación: el 15 de agosto de 1942, Rascher emprendió estudios de congelación, sometiendo a bajas temperaturas a prisioneros en Dachau en beneficio de la Luftwaffe.
- Infección de heridas con gas mostaza.
- Potabilización de agua marina: los prisioneros eran privados de alimento y la única bebida suministrada eran diferentes variantes de agua marina tratada químicamente.
- Inoculación de Ictericia.
- Inoculación de Tifus.

La sociedad Thule

Ahnenerbe no nació de la nada, sino que basó su estructura y la mayoría de sus ideas en una organización conocida como la sociedad Thule. Este grupo, que estuvo operativo desde la primera década del siglo XX hasta la creación de la Ahnenerbe, destacó porque contaba con un líder que se autodenominaba el precursor del anticristo.
Un joven Adolf Hitler pasaría a formar parte de esta organización una tarde de 1922.
Para entrar se debía facilitar una fotografía que el Gran Maestre examinaba para descubrir en los rasgos antropométricos huellas de sangre extranjera. Asimismo, tenían que jurar pureza de sangre hasta la tercera generación.
Sin embargo, por lo que destacaba esta secta era por su particular forma de hacer justicia en las calles de Baviera, su sede principal. «Sólo entre 1918 y 1922 se contabilizaron (en este estado) 354 crímenes y asesinatos políticos. Según J.M. Romaña, las fuerzas de seguridad estaban siempre al corriente de esta “justicia paralela”, y es que muchos de los oficiales de la policía eran adeptos de la sociedad Thule.
Además, también se daban muchos casos de personas desaparecidas siempre en extrañas circunstancias. Y entre estos individuos, la mayoría de los cuales eran judíos o comunistas, debemos buscar a las víctimas de los “sacrificios” que fueron asesinadas en rituales de magia astrológica”. Por otro lado hay que señalar que aún no se han encontrado datos totalmente concluyentes que demuestren la existencia de tales rituales.

Una nueva religión

De la misma forma, la Ahnenerbe quiso crear una religión alemana que sustituyera a la católica. Trató de acabar con las fiestas católicas y crear una nueva religión. Desde buscar el origen de la raza aria hasta planear viajes para robar todo tipo de reliquias y obras de arte. Estas eran algunas de las tareas para las cuales fue fundada la Ahnenerbe, una organización que, aunque oficialmente fue creada para dar valor a las tradiciones alemanas, acabó convirtiéndose en un grupo de estudio de las ciencias ocultas.

Una de sus finalidades: acabar con el cristianismo

Entre las prioridades de la Ahnenerbe se encontraba el acabar con el cristianismo y dar forma a una religión propia del nazismo: Una de las consignas subterráneas del régimen nazi era eliminar progresivamente la influencia que para el pueblo alemán tenían los ritos de la Iglesia Católica.
Para ello, la organización disponía de uno de los mayores y más conocidos personajes dentro del ocultismo nazi: el «sumo sacerdote» Friedrich Hielscher. Aunque se conoce poco de este maestro de lo paranormal, las investigaciones coinciden en que era temido por todos los oficiales alemanes.
Para que nos hagamos una idea, el jefe de la Gestapo (policía secreta alemana) le profesaba una profunda devoción. Heinrich Himmler hablaba de él en respetuosos susurros y le consideraba la figura más importante de Alemania después de Hitler. Si Alemania hubiera llegado a ganar la guerra, seguramente Hielscher se hubiese  convertido en el sacerdote supremo de la nueva religión, con Hitler como divinidad encarnada.
Para lograr acabar con el cristianismo, Hielscher creó a través de Himmler una religión basada en la sangre y el valor de los soldados alemanes. A su vez, hizo que las fiestas paganas se superpusieran a las cristianas, de esta forma pretendía que los católicos dieran de lado a sus creencias y abrazaran la nueva religión de la Ahnenerbe.
Himmler y su Estado Mayor personal, constituido por hombres de su más absoluta confianza, concibieron un calendario festivo para la Orden Negra de las SS que establecía unas fechas sagradas a lo largo del año. En ellas, las SS renovaban sus compromisos de honor y lealtad para con el Führer y la orden.
Estas festividades servían para sustituir a las fiestas cristianas por otras que estuvieran más próximas a la tradición germano-pagana. Una de las celebraciones más llamativas que se llegó a suprimir fue la de la Navidad. De hecho, el día en que se recuerda el nacimiento de Jesús se cambió nada menos que por una jornada en la que se reverenciaba al Sol.
Efectivamente, en el 25 de diciembre se conmemoraba el “día del nacimiento del Sol invencible” –el Sol Invictus, que para los romanos representaba el nacimiento de Mithra–, es decir, el día en que este astro, después de ir acortando su presencia desde el solsticio de verano, parecía recobrar nuevamente sus fuerzas tras el periodo agónico del otoño y la muerte invernal.
A su vez, otras fiestas pasaron a ser suprimidas en favor de las nuevas creencias nazis: Otros períodos del año habían sido igualmente reciclados en forma de fiestas neopaganas. La Pascua se transformó en la fiesta de “Ostara”, por ejemplo. En este caso, los miembros de las SS celebraban el comienzo de la primavera recordando a la diosa de la fertilidad que da nombre a esta celebración.

El nuevo matrimonio nazi

Además, la Ahnenerbe buscaba que el rito del matrimonio cristiano fuera sustituido en favor de una ceremonia creada por los nazis. Hace poco se ha revelado una filmación inédita que muestra la ceremonia llevada a cabo por una pareja para contraer matrimonio bajo el ritual de las SS.
En ella, se ve claramente que la sala en la que se celebra la ceremonia esta presidida por una gigantesca bandera negra con una S rúnica grabada en plata. Previamente los cónyuges habían realizado su matrimonio civil y en el curso del acto el oficial superior –el propio Himmler en este caso– les entrega el pan y la sal, símbolos de la tierra y de la fertilidad.
Por supuesto, para que se celebrara la unión de la feliz pareja era también necesario demostrar la pureza de sangre, es decir, que ambos eran alemanes. Como curiosidad, también destacar que, como principales regalos del matrimonio, no solía faltar un ejemplar del Mein Kampf (Mi lucha), la biografía de Adolf Hitler. Tras cumplir todos estos preceptos, el marido y la mujer estaban listos para vivir felices en el Reich.

El bautismo y la muerte en las SS

Dos de los ritos que se practicaban en las SS y que la Ahnenerbe pretendía que se extendieran con el tiempo a toda la sociedad alemana eran los de un curioso bautismo y una extraña forma de dar el último adiós a aquellos miembros de la Orden Negra tras su muerte.
En el primero de los casos, durante el bautismo del hijo de un afiliado a la Orden Negra, se les hacía entrega de una medalla con signos rúnicos para el recién nacido, y se pronunciaba la fórmula de ingreso del bebé en la comunidad de las SS.
Por otro lado, el castillo que servía de sede para la Ahnenerbe guardaba en su interior una curiosa estancia dedicada a venerar los restos de sus miembros.


En la cripta se hallaba la sala de los muertos, un recinto abovedado y circular. Albergaba en su centro una pira y en los muros doce habitáculos en los que se ordenó que se levantaran trece alturas alrededor de una gruesa mesa de piedra.
Se hizo para el momento en que un miembro de tan restringido círculo de elegidos en las SS dejara este mundo. Entonces, se debían colocar sus cenizas en la correspondiente urna encima de uno de esos altares, justo después de que el escudo de armas del fallecido acabara de ser pasto de las llamas, y todo para que fuesen veneradas al mejor estilo religioso por el resto de los supervivientes.
En el techo de la bóveda, justo encima de la pira, se encuentra todavía una esvástica y cuatro aspilleras por las que el humo del ritual fúnebre debía ascender, formando una columna.

Oraciones en una lengua extraña

Finalmente, una última y curiosa práctica de este grupo (y secta) pudo observarse cuando el tribunal aliado juzgó por crímenes contra la humanidad en Núremberg a dos de los principales líderes de la Ahnenerbe, Hielscher y Sievers. Y es que ambos, como ya afirmé anteriormente, mostraron una extraña actitud durante el proceso.
El prisionero (Sievers) escuchó con extraña indiferencia su condena a muerte y, acompañado por Hielscher, se hincó de rodillas mientras este entonaba los cánticos de una misa negra. Un himno final de adoración a los poderes del mal que aguardaban a su alma al otro lado de la tumba.
Tal y como relatan sus cuidadores de celda: “Pronunció oraciones en una lengua desconocida, oraciones de un culto que nadie conocía y del que no habló jamás”.