Se han encontrado objetos, fenómenos, incluso ovnis. De la misma forma, en esta exploración se han descubierto claves cabalísticas en obras de Leonardo da Vinci, Clivelli, Goya e incluso en las Meninas del Prado.
Aunque la posición ante el significado de esos extraños objetos representados en muchas obras de arte ha mantenido una tendencia bipolar. Para algunos investigadores no son más que simples interpretaciones religiosas a la usanza de la época.
Pero si observamos estos objetos con detalle y lo comparamos con casos acontecidos en la actualidad, parece más que evidente, a pesar de las explicaciones ambiguas que éstos les han querido dar, que en algunos casos un fenómeno extraño real fuera observado en el cielo, y que el autor quiso plasmar en su obra, aunque –eso sí– el mejor entorno o explicación que encontró para recrear aquella visión empírea fue la acorde a la cultura y conocimientos de aquellos tiempos: el religioso o el sobrenatural.
Veamos algunos ejemplos muy significativos:
Annales Laurissenses:
En la ilustración Mateo Hurley, autor del sitio Ufoartwork.com, describe a estos personajes como cruzados y declara que la imagen fue tomada de los Annales Laurissenses, recogidos en la parte de la historia de la teología cristiana que estudia el periodo comprendido entre los inicios del cristianismo y el siglo VII en Occidente (Isidoro de Sevilla) y el siglo VIII en Oriente (Juan Damasceno), llamada Patrología, y que estudia las vidas y las obras los autores ortodoxos y heterodoxos que escribieron sobre teología en estos siglos.
El hecho narrado sería el avistamiento de un OVNI en el año 776, durante el asedio del castillo de Sigiburg en el reino de los francos (ahora en Alemania). Una señal que según el monje Lorenzo espantó a los sajones que retrocedieron al percibirlo como una señal de Dios en favor de sus contendientes, los cristianos.
Aparte esta el hecho de que es muy difícil que los cruzados pudieran haber existido en el año 776, puesto que no se llamó a la Primera Cruzada hasta el año 1095.
Este fresco español del siglo XIII, pintado con relieves y exhibido en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona, representa el viaje de los tres Reyes Magos a Belén. Su similitud con el anterior es muy llamativa
(Escuela de Fray Filippo Lippi, s. XV)
Esta pintura se trata de una obra asignada a Sebastiano Mainardi (1466-1513), aunque también se baraja la posibilidad que correspondiese a Jacopo del Sellaio.
Se encuentra en el Palazzo Vecchio de Florencia, en una pared casi a contracorriente del recorrido de los visitantes. En ella hay un gran ovni a la derecha, rodeado de rayos brillantes, contemplado por un personaje que apoya su mano derecha en la frente, y una estrella de navidad a la izquierda acompañada por otras tres estrellas menores.
Lo que sostienen algunos críticos es que el ovni mayor ocupa el lugar que en otras composiciones similares, contemporáneas a ésta, tendría un ángel. Pero en esta obra de gran realismo, tal ángel no es siquiera imaginable. Y en cuanto a las tres estrellas, serían el símbolo de la triple virginidad de la Virgen: antes, durante y después del parto.
El ángel sería aquel que, en los Evangelios, anuncia a los pastores que el Mesías ha nacido.
La imagen en que parece un ovni, es repetida frecuentemente en las obras de la misma temática del Quattrocento y Cinquecento. Un ejemplo es la representación de la anunciación a los pastores, según el Evangelio de San Lucas:
8 Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño.
9 Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.
10 El Ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:
11 Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;
Esta iconografía aparece también en El nacimiento, de Vizenzo Foppa.
La Anunciación
(Carlo Crivelli, 1486)
La obra está en la Nacional Gallery de Londres, junto a la segunda versión de La Virgen de las Rocas.
La idea del rayo como “anunciador” es propia del siglo XVI. En este caso, el rayo surge de una nube esférica muy similar a ovnis reales fotografiados en pleno siglo XX: Como la secuencia de seis fotos obtenidas el 9 de septiembre de 1957 en Fort Belvoir (EE.UU.) en la que un extraño “anillo volante” forma una nube a su alrededor. Fue en 1966 cuando el NICAP confirmó su autenticidad.
La Tebaida
(Paolo Uccello, s. XV)
Representa varias escenas de la vida monástica, e incluye retratos de San Bernardo, San Francisco o San Jerónimo.
Se conserva en la Galería de la Academia de Florencia. Mide 81 x 100 cm.
El ovni que contiene la imagen está en la caverna. Es de menores dimensiones que el perro cercano y parece un objeto físico. Si se conoce la historia eclesiástica se desvela el misterio: en este caso, el ovni es un sombrero de cardenal, con sus borlas, tirado en el suelo. El hombre desnudo y arrodillado frente al crucifijo es San Jerónimo, que se convirtió en ermitaño tras renunciar a su carrera eclesiástica.
En cuanto al perro, no es tal, sino un león. Y la leyenda de San Jerónimo dice que el santo logró dominar a ese animal tras quitarle una espina de una de sus garras.
“Sputnik” de Montalcino
(Ventura Salimbeni, 1600)
Llamado realmente “La exaltación de la eucaristía”, esta obra representa un objeto metálico, con antenas enroscadas y protuberancias muy similares a las de un moderno satélite Vanguard, lanzado por EE.UU. en febrero de 1959.
¿Ilusión óptica? ¿Representación vulgar del “globo de la creación” con el Sol y la Luna? Tal vez. El profesor Roberto Cappelli, sin embargo, descubrió algo para hacer dudar: el “espíritu santo” aparece dos veces en la obra. Una entre las “antenas” del “satélite”, y otra sobre el Papa Clemente VIII, como si se hubiera retransmitido esa imagen.
El milagro de la nieve
(Masolino da Panicale, 1428)
Esta obra fue realizada por Masolina Da Panicale en 1428 por orden del Papa Martín V Colonna, representa a Jesús y María en medio del supuesto milagro ocurrido en el año 352, cuando en pleno mes de agosto una nevada señalaría el lugar exacto donde habría de erigirse la iglesia de Santa María.
En efecto, una parte del Monte Esquilino fue supuestamente cubierta al amanecer por una pequeña nevada. Por lo que el lugar, por orden del Papa y financiada por el piadoso Juan Patricio, fue elegido para emplazar la citada Iglesia.
(Aert de Gelder, s. XVII)
Esta obra de un discípulo de Rembrandt recoge el bautismo de Jesús en el Jordán, presidido por un extraño objeto que ilumina la escena. La obra se encuentra en el Fitzwilliam Museum de Cambridge.
El ovni tiene en el centro una paloma, que representa al Espíritu Santo, tal y como es descrita por los Evangelios.
Retablo de Santa María de Campos
(Familia Moguer, 1438)
En la iglesia mallorquina de Santa María de Campos se encuentra la Virgen de la Lactancia en la esquina inferior izquierda del retablo. Es otro OVNI con rayo, en una anunciación.
Sombreros Volantes
Son varios los tapices del siglo XIV que muestran misteriosos objetos en forma de sombreros volantes.
Hay investigadores que como el ufólogo F. Michel opinan que esos sombreros no representan otra cosa que un símbolo cardenalicio, al encarnar no el color sino la forma de las tocas de este rango. Por lo que estarían relacionados con representaciones de autoridades religiosas. En concreto, con las propietarias de las obras.
Probablemente pudo tratarse de una tendencia que originaría el que muchos artistas incluyeran en sus obras esta iconografía oculta para mencionar en secreto a la autoridad canóniga que la requería.
Comparen estos sombreros volantes con este otro objeto avistado en la localidad española de Mirandilla, el 15 de abril de 1980. Creo que su similitud es más que significativa y evidenciaría la clara representación de un objeto volante no identificado.
La Crucifixión, siglo XIV
Este fresco se encuentra en el Monasterio Visoki Decani, en Kosovo. En este pueden evidenciarse claramente dos objetos a ambos lados de la cruz en forma de naves. Son otra clara evidencia OVNI.