Moisés y la revelación en la zarza ardiente
Según se narra en la Biblia, en cierta ocasión Moisés llevó a su rebaño al monte Horeb y allí vio una zarza que ardía sin consumirse. Cuando se volvió a un lado para observar más de cerca aquella maravilla, el Dios Yahvé le habló desde la zarza, revelando su nombre (es decir su verdadero significado) a Moisés.
En la época del emperador Constantino, el monte Horeb fue identificado con el monte Sinaí, pero la mayoría de los expertos creen que se encontraba mucho más al norte.
De acuerdo con la tradición, Yahvé dijo a Moisés que debía volver a Egipto y liberar a su pueblo de la esclavitud. Moisés declaró a Yahvé que él no era el candidato para realizar dicha obra encomendada, dado que al parecer padecía de tartamudez. Yahvé le aseguró que le proporcionaría el apoyo para su obra entregándole las herramientas adecuadas.
Moisés obedeció y regresó a Egipto, donde fue recibido por Aarón, su hermano mayor, y organizó una reunión para avisar a su pueblo de lo que debían hacer. Al principio, Moisés no fue muy bien recibido; pero la opresión era grande y Moisés realizó señales para que su pueblo lo siguiera como un enviado de Yahvé.
Sin embargo, según el relato bíblico, lo más difícil fue persuadir al faraón para que dejase marchar a los hebreos. De hecho, estos no obtuvieron el permiso para partir hasta que Yahvé envió diez plagas sobre los egipcios (מכות מצרים o Makot Mitzrayim). Estas plagas (palabra mal empleada, pues en el hebreo bíblico se habla más bien de «señales»), culminaron con la matanza de los primogénitos egipcios, lo cual causó tal terror entre los egipcios que ordenaron a los hebreos que se fueran.
La narración aparece en el segundo libro del Pentateuco, el Éxodo (en hebreo Shemot).
El comienzo de las maldiciones (Éxodo 5:1-5:9, 7:8-7:13)
Moisés y Aarón se acercaron al Faraón, y le entregaron la demanda encomendada por Dios, que exigía que los esclavos israelitas pudieran salir de Egipto a fin de que pudieran adorar a su Dios libremente. Tras una primera negativa del faraón, Dios envió a Moisés y a Aarón de nuevo a mostrarle un milagroso signo de advertencia. La vara de madera de Aarón se convirtió en una serpiente. Los brujos del faraón también pudieron convertir una vara en serpiente, sin embargo su serpiente se trago a las serpientes de los brujos. Aun así el faraón rechazó las peticiones de los hermanos, hecho que suscitó que comenzaron las señales.
Pero, ¿fueron reales o existe una interpretación científica?
Expertos de todo el mundo coinciden en ofrecer diversas explicaciones científicas, muchas veces controvertidas, que darían cuenta de las diez plagas bíblicas y del éxodo masivo del pueblo hebreo de Egipto.
En el documental «El Secreto de las diez Plagas» de National Geographic, apuntan a dar, con la que –tal vez– sea la explicación más acertada. Un suceso climatológico que explicaría cómo podrían haberse producido las 10 plagas de forma natural. Por ejemplo,
la erupción del volcán de la isla de Santorini, Grecia, en torno al año 1500 a.C., que habrían provocado terremotos que causarían escapes de dióxido de carbono y de hierro cerca del Nilo, los cuales al entrar en contacto con el oxígeno, formarían hidróxido de hierro; este tornaría el agua de color rojo, desencadenando una serie de sucesos que explicarían las diez plagas.
Aspecto actual de la Isla de Santorini, con la caldera volcánica en el centro. La erupción como podéis observar, prácticamente partió en dos la isla... ¿Nadie mas ha pensado en las aguas del Mar Rojo separándose? Quizá este cataclismo provoco ese fenómeno también.
Las Plagas y su explicación científica
A continuación describo cada una de las plagas y su probable explicación científica.
I - Sangre (Éxodo 7:14-25) דם
La primera plaga fue la de la sangre. Dios dio instrucciones a Moisés para que le dijera a Aarón que levantara su báculo sobre el río Nilo. Como consecuencia, toda el agua se convirtió en sangre, matando todos los peces del río (mar) y llenando Egipto de un olor nauseabundo, esto durante siete días. Los hechiceros de Faraón demostraron entonces que también ellos podían convertir el agua en sangre, y el faraón, por lo tanto, no cedió ante las demandas de Moisés.
Explicación: El terremoto originado por el volcán provoca que dentro del área egipcia se rompan bolsas de aire, las mismas contenían gas con altas concentraciones de hierro, y al hacer contacto con el oxígeno provocaron herrumbre, que al diseminarse en el agua provocó el color rojo de la misma. Los peces, al sufrir la falta de oxigeno, mueren y se acumulan en la orilla.
II - Ranas (Éxodo 7:25,8:1-15) צפרדע
La segunda plaga de Egipto fueron las ranas. Dios dio instrucciones a Moisés de que dijera a Aarón que estirase su vara sobre el agua, y hordas de ranas invadieron Egipto. Los hechiceros de Faraón fueron capaces de duplicar esta plaga con su magia. Sin embargo, dado que no pudieron eliminar la Plaga, el Faraón se vio obligado a conceder el permiso de salir a los israelitas a Moisés, a cambio de que éste accediera a acabar con la Plaga. Para convencer al Faraón de que realmente la plaga era un castigo divino, Moisés dejó que el Faraón eligiera el momento en el que terminaría la plaga. El Faraón eligió como fecha el día siguiente, y todas las ranas murieron a la hora señalada. Sin embargo, el Faraón revocó su autorización, y los Israelitas permanecieron en Egipto.
Explicación: A excepción de los peces del mar, las ranas siguen vivas porque pueden salir a la superficie, pero ya que no pueden volver al agua, se quedan en los sembrados comiéndose todo lo que encuentran a su paso.
III - Mosquitos (Éxodo 8:16-19) כנים
La tercera plaga de Egipto fue Kinim, diversamente traducida como Mosquitos, Piojos o Pulgas. Dios instruyó a Moisés: "Dile a Aarón que tome su vara y golpee en el polvo". Tras hacer esto, la arena se convirtió en una masa de mosquitos de la cual los egipcios no podían deshacerse. Los Hechiceros Egipcios declararon que este acto fue el "Dedo de Dios" y fueron incapaces de reproducir sus efectos con su magia.
Explicación: Sin agua limpia y con los peces podridos en todos los lagos y el mar, empieza a crecer una plaga de mosquitos, piojos y pulgas.
IV - Insectos (Éxodo 8:20-32) עָרוֹב
La cuarta plaga de Egipto fueron los insectos, capaces de dañar personas y ganado. La Torá subraya que el enjambre sólo atacó a los egipcios, y que no afectó a la Tierra de Gosén (donde los Israelitas vivían). El Faraón le pidió a Moisés que eliminase esa plaga y prometió, a cambio, permitir a los israelitas la libertad. Sin embargo, después de que la plaga desapareciera, el Faraón se negó nuevamente a mantener su promesa.
Explicación: De la misma manera que con los piojos, sucede con la plaga de insectos.
V - Pestilencia (Éxodo 9:1-7) דֶּבֶר
La quinta plaga de Egipto fueron unas enfermedades epidémicas que exterminaron a los ganados egipcios; ya fueran, caballos, burros, camellos, vacas, ovejas o cabras. El ganado israelita resultó, una vez más, ileso. De nuevo, el Faraón no hizo concesiones.
Explicación: Como consecuencia de lo anterior, los animales domésticos, sin agua limpia y en condiciones infecciosas permanentes, mueren.
VI - Úlceras y sarpullido incurable (Éxodo 9:8-12) שְׁחִין
La sexta plaga de Egipto fue una enfermedad cutánea, que suele traducirse como "Úlcera" o "Sarpullido". Dios les dijo a Moisés y Aarón que cada uno tomase dos puñados de hollín de un horno, el cual Moisés dispersó en el cielo en presencia del Faraón. El hollín provocó Shkhin (úlceras) en el pueblo y ganado Egipcio. Los hechiceros Egipcios fueron afectados junto con todos los demás y fueron incapaces de sanarse, mucho menos el resto de Egipto.
Explicación: A diferencia de las anteriores, ésta se basa en las consecuencias directas del problema ambiental supuesto por el cataclismo, la liberación de gases tóxicos del suelo.
Se toma en cuenta que además del movimiento telúrico se dieron las condiciones para que el humo tóxico del volcán recorriera los 800 kilómetros de distancia hasta Egipto, provocando el sarpullido que afectó a los egipcios.
VII - Granizo de fuego y hielo (Éxodo 9:13-35) בָּרָד
La séptima plaga de Egipto fue una destructiva tormenta. Dios le dijo a Moisés que estirase su vara hacia el cielo, punto en el cual la tormenta comenzó. Era incluso más sobrenatural que la plaga anterior, una poderosa ducha de granizo mezclada con fuego. La tormenta dañó gravemente a los huertos y cultivos egipcios, así como a las personas y al ganado. La tormenta azotó todo Egipto excepto por la Tierra de Gosén. El Faraón le pidió a Moisés que eliminara esta plaga y prometió permitir a los Israelitas adorar a Dios en el desierto, diciendo que "este tiempo he pecado; Dios es justo, yo y mi pueblo somos malvados". Como una demostración de dominio de Dios sobre el mundo, la lluvia se detuvo tan pronto como Moisés comenzó a orar a Dios. Sin embargo, después de que la tormenta cesara, el Faraón de nuevo "endureció su corazón" y se negó a mantener su promesa.
Explicación: Al tiempo que el aire trajo todo ese gas tóxico, trajo también las cenizas humeantes que, llegadas a cierto punto en la estratósfera, buena parte se entremezcla con la humedad y, por lo tanto, caen juntas, como si fueran hielo y fuego.
VIII - Langostas (Éxodo 10:1-20) אַרְבֶּה
La octava plaga de Egipto fueron las langostas. Antes de la plaga, Moisés llegó al faraón y le advirtió de la inminente plaga de langostas al Faraón, los funcionarios del Faraón le suplicaron que permitiera que los Israelitas fueran libres, ya que iban a sufrir los efectos devastadores de una plaga de langostas, pero éste aún era renuente a ceder. El orador propuso entonces un compromiso: Los Hombres Israelitas serían autorizados a marcharse, mientras que las mujeres, niños y ganado se quedarían en Egipto. Moisés demandó que cada persona y animal se fuera, pero el Faraón se negó. Dios entonces le dijo a Moisés que estirase su vara sobre Egipto y recogió un viento del este. El viento se mantuvo hasta el día siguiente, cuando se trajo un enjambre de langostas. La nube cubrió el cielo, arrojó sombras sobre Egipto, y consumió el resto de los cultivos egipcios, acabando con todos los árboles y las plantas. El Faraón volvió a pedirle a Moisés que eliminase esta plaga y se comprometió a permitir que todos los israelitas pudiesen adorar a Dios en el desierto. La plaga desapareció, pero de nuevo no permitió a los israelitas salir.
Explicación: Los sucesos climáticos recientes implicaban una alteración del ecosistema, y las heladas en Egipto atrajeron la llegada de las langostas que arrasan con todo.
IX - Tinieblas (Éxodo 10:21-29) חושך
En la novena plaga, Dios le dijo a Moisés que estirase sus manos al cielo, para que la oscuridad cayera sobre Egipto. Esta oscuridad era tan pesada que un egipcio podía sentirla físicamente. Duró tres días, tiempo durante el cual sólo hubo luz en las casas de los israelitas. El Faraón entonces hizo llamar a Moisés y le dijo que dejaría salir a todos los Israelitas si las tinieblas eran retiradas de su tierra. Sin embargo, exigió que las ovejas y vacas se quedasen; Moisés lo rechazó y dijo que en poco tiempo el faraón ofrecería muchos animales para ser sacrificados. El faraón, indignado, amenazó con ejecutar a Moisés si volvía a aparecer ante él. Moisés contestó en efecto que no visitaría al faraón nuevamente.
Esta novena plaga era una especialmente significativa. Se trataba de un ataque directo al Faraón, ya que Ra, era el dios egipcio del Sol. La plaga de oscuridad demostraba que el Dios de Moisés era más poderoso que el del faraón.
Explicación: Al completarse la llegada de la nube de cenizas se encontraron con una oscuridad total. El volcán al erupcionar soltó gran cantidad de cenizas cubriendo el cielo con una gran nube.
X - Muerte de los primogénitos (Éxodo 11:1-12:29-51) מכת בכורות
La décima y última plaga de Egipto fue la muerte de todos los primogénitos de Egipto -nadie escapaba, desde el más bajo funcionario hasta el propio primer hijo del Faraón, pasando por los primogénitos del ganado. Antes de dicha plaga, Dios mandó a Moisés a informar a todos los israelitas de la sangre del Cordero que debían poner en sus puertas, para que Jehová (Yahvé en Hebreo, no el ángel de la muerte, como comúnmente se pensaba - ver Éxodo 12:12-13) pasase de sus puertas y, así, pudiesen evitar que todos los primogénitos israelitas murieran. Este fue el más duro golpe a Egipto y la plaga que finalmente convenció al Faraón de que debía liberar a los israelitas.
Después de esto, el Faraón, furioso y triste, ordenó a los israelitas desaparecer, dejándoles tomar lo que quisieran. Los israelitas no vacilaron y al final de esa noche los llevó a Moisés de Egipto con "armas erige".
Explicación: Tras la ceremonia que Moisés había ordenado realizar a los israelitas y que acabaría siendo conocida como la cena de pascuas. Mientras celebraban el ritual de pascua, los egipcios dormían, entonces la fuga de gas que había provocado las primeras plagas al fin entró en erupción; el dióxido de carbono se filtró a la superficie, y dado que es más pesado que el aire, mataría por asfixia a la gente que dormía antes de disiparse en la atmósfera, como los primogénitos de los egipcios gozaban de privilegios por ser los herederos a las propiedades y además dormían en camas egipcias, casi pegadas al suelo, mientras que los demás miembros de la familia dormían en los segundos pisos; y los israelitas, sin darse cuenta de lo que pasaba, pintaron con la sangre del primogénito animal de los judíos esclavizados, las puertas para evitar que sucediera lo mismo que con los israelitas, la muerte de los primogénitos egipcios.
En el museo de El Cairo se encontró la momia del hijo de Ahmosis I (1552 – 1527 a. C., aprox.), quien murió a los 12 años de edad.
Otro hecho que aconteció en 1986 en Camerún, podría corroborar la explicación científica al relato bíblico sobre lo ocurrido en Egipto. Una nube de dióxido de carbono que se escapó del lago Nyos mató a unas 1.800 personas y 6.000 cabezas de ganado. Hasta 1 km³ de gas, desplazándose a casi 50 km/h, bajó los valles circundantes, expandiéndose unos 23 km a la redonda. A medida que avanzaba, el pesado gas se ceñía al terreno, desalojando el aire y asfixiando a hombres y animales. Luego las aguas se pusieron de color rojo. Un sobreviviente relata que los vapores de gases golpearon su cara, tirándolo hacia atrás. Le picaban los ojos y la garganta, como si le hubieran tirado ácido. Al respirar los gases perdió el conocimiento. "Alguien me arrastró a mayor altura, donde después desperté". Esto mismo les sucedió a las 1.800 personas, que con menos suerte, fallecieron en menos de cinco minutos.
Se trata de la erupción límnica más grave de la historia. La emanación de esa gran nube de gas tóxico fue provocada por el agua del lago al saturarse de dióxido de carbono que se filtró de los manantiales subterráneos. Se cree que el gas se desprendió del fondo del lago debido a un derrumbe o un sismo.
Dos años antes, había sucedido lo mismo en el lago Monoun, ubicado a unas pocas horas de distancia, hacia el sudeste del lago Nyos. En aquella ocasión, la explosión mató a 40 personas. Como las víctimas no fueron tantas, el fenómeno no atrajo la atención internacional, como en el caso del lago Nyos.
Hoy, en ambos casos se ha atribuido la explosión de CO2 a actividad volcánica del fondo de esos lagos, que en forma constante hace surgir el gas, diluyéndose en el agua.
Desde 1990, un equipo de científicos franceses ha trabajado para desgasificar el lago, y se ha instalado una serie de tuberías a fin de prevenir las formaciones de dióxido de carbono.