EL FANTASMA DE LA CARRETERA

En 1984, concretamente un 15 de julio, en la carretera de Almaraz a Navalmoral de la Mata, entre las tres y la cuatro de la madrugada del domingo al lunes, a la altura del kilómetro 190 de la Nacional V, en un lugar conocido como las Viñas, se produjo un suceso extraño. A la hora indicada, varios conductores que regresaban por la citada carretera, quedaron estupefactos al ver una mujer “vestida de novia” haciendo auto-stop. La mujer, según sus testimonios, se encontraba en el centro de la calzada y parecía transparente como el cristal. Un camionero la montó en su camión y –según reveló– a los tres kilómetros de viaje desapareció literalmente del vehículo...
Es posible que las personas emocionalmente involucradas en estos acontecimientos los describan con la mejor voluntad del mundo y que sólo puedan contar la verdad tal como ellos la percibieron, pero puede acontecer que esta verdad suya no se corresponda a lo que realmente ocurrió.
Sucede que la historia de fantasmas de la carretera constituye un clásico dentro de las historias de fantasmas, un viejo motivo que reaparece en variadas ocasiones en muchos puntos distintos. Pocos relatos de apariciones están tan extendidos como este. Se cuentan en paises, tan distantes algunos de otros, como España, Malaysia, Gran Bretaña, Pakistan, Suecia, Estados Unidos o Sudáfrica. Naturalmente, los detalles referentes a la edad, sexo y aspecto físico del fantasma varían, como también varían el número de testigos y el tipo de vehículo, desde el mas usual, un coche al vehículo tirado por un coolie, en versión malaya. En su forma más frecuente el fantasma es una mujer joven que antes de desvanecerse misteriosamente proporciona al conductor algún tipo de aviso sobre un peligro próximo. Es llamativo –sin embargo– el hecho de que en la mayoría de las ocasiones el episodio carece de toque dramático.
Es una realidad que las creencias culturales pueden influir en la interpretación de este tipo de manifestaciones. En Europa suele caracterizarse como el espíritu de una persona muerta, generalmente víctima de un trágico accidente de tráfico; pero en otros lugares se considera que es un profeta, un demonio, una diosa, una bruja o un hada. Por ejemplo, en Hawai esta figura se relaciona con Pele, diosa tutelar del volcán Mauna Loa, representada como una vieja, que lleva un cesto. En Malaysia aparece el lang suyar, ser vampírico que se transforma en una atractiva mujer y aguarda al conductor en los tramos solitarios de carretera; cuando lleva un rato en el vehículo, el fantasma sale volando emitiendo unos chillidos que hielan la sangre.
En Sudáfrica, por ejemplo, en varias ocasiones se han producido manifestaciones de este tipo, y en todas existía una relación con una tal María Roux, que murió el 12 de abril de 1968, a la edad de veintitrés años, a raíz de un accidente automovilístico.

Hay que admitir que algunas de estas supuestas visiones son muy vagas, insatisfactorias y presentan ciertas contradicciones. Sin embargo, el resultado de una investigación llevada a cabo por la investigadora y escritora Cynthilia Hind en 1979 y publicada por la revista Fate, en su número correspondiente al mes de julio, no pudo descartar el hecho de que los incidentes hubieran ocurrido más o menos tal como se había declarado y, lo que quizás es todavía más extraordinario, el que hubiera pruebas en apoyo de los conductores que afirmaban haber tropezado con la aparición de la muchacha muerta.
En Gran Bretaña, el relato sobre un fantasma en la carretera más famoso se sitúa en Blue Bell Hill, entre Maidstone y Chatham (Kent). Apenas existen pruebas que puedan ser estudiadas por un investigador: faltan los nombres de los testigos, y el tiempo ha hecho que algunos detalles oscuros y otros importantes se hayan perdido. No obstante, la enorme cantidad de anécdotas recogidas en esa área, de las que sólo una parte se ha publicado, están todas sin excepción relacionadas con el espíritu de una muchacha que murió en un accidente automovilístico la víspera de su boda, al pie de la Blue Bell Hill, en noviembre de 1965.
Este accidente, al igual que los sucesos de Sudáfrica, tuvieron lugar en la realidad, pero tenemos que considerar la opinión de los que piensan que la conexión entre el fantasma y una muerte producida en la misma carretera no son más que conjeturas. La gente tiende a especular que los fantasmas proceden de algún hecho trágico, y la tentación de buscar accidentes que expliquen el caso es muy grande, pero hay que recordar que también existen historias similares a éstas muy anteriores a la época del automóvil.
No obstante, pruebas fidedignas indican que este tipo de mito sigue siendo significativo para la mentalidad actual. A raíz de la erupción del Mount St. Helens, el 18 de mayo de 1980, empezaron a circular por los Estados Unidos historias acerca de una mujer vieja, algunas veces descrita como una monja, que había profetizado este y otros acontecimientos a unos motoristas de Washington y de Oregon que la habían recogido cuando hacía dedo. Es probable que esta historia constituya una variación del antiguo mito del misterioso forastero que acude para avisar de un posible daño inminente.
No se puede sostener la idea de que la mayoría de estos relatos sobre fantasmas fueran otra cosa más que una leyenda; pero como apuntaba anteriormente, ¿puede considerarse un pequeño número de ellos como un fenómeno iterativo de este tipo?
De vez en cuando, las investigaciones revelan que detrás de lo que parece una historia inverosímil se oculta un núcleo de hechos reales.