EL FIN DEL MUNDO

El fin del mundo llegará algún día, eso es una certeza, pero cuando uno ve titulares en los periódico tales como "¿Vamos a morir el próximo miércoles?", en relación al famoso acelerador de partículas, no puede dejar de preguntarse sobre esa fascinación existente con la idea del fin de los tiempos.
Se trata de uno de los conceptos más poderosos y antiguos de la humanidad, llámese escatología (teoría religiosa del fin del mundo), milenarismo, el fin de los días, el Apocalipsis o el desastre final.
"Es un patrón muy antiguo del pensamiento humano, incluso anterior a la Biblia y presente en la mitología de Oriente Medio, el caos final, la última batalla entre las fuerzas del orden y el caos", explica el intelectual e historiador cultural Paul S. Boyer, autor de «When Time Shall Be No More: Prophecy Belief in Modern American Culture» (Cuando el tiempo ya no exista: Creencias proféticas en la cultura moderna americana, Harvard University Press, 1992). "Es un concepto profundamente arraigado desde el punto de vista psicológico ya que la idea de una existencia sin sentido es muy amenazadora. Las sociedades humanas siempre han tratado de crear una especie de marco conceptual para dar significado a la historia y a nuestras propias vidas personales", comenta.
Para los Musulmanes el fin del mundo vendría acompañada por un falso profeta llamado Al-Dajjah. En el mismo Corán dice: “Algunos de los signos que tendrán lugar antes de la llegada de la hora son: la pérdida de la oración, la gente será dominada por los deseos materiales, se sentirá atraída hacia las falsas ideas, respetará a los adinerados y venderá su alma a cambio de este mundo. En esos días, el corazón de muchos hombres estará compungido y desesperanzados, mucha gente al pasar al lado de una tumba, deseará estar en lugar del difunto. Por aquel que en cuyas manos está mi alma os juro que los hombres pasarán por un tumba y arrojándose sobre ella dirán, ojala estuviera yo en el lugar de quien la ocupa”.
Aunque la idea del fin del mundo figura en muchas religiones, las occidentales están más ligadas a la escatología cristiana. En los primeros días de la Iglesia se daba por sentado que el Segundo Advenimiento y el fin del mundo eran inminentes. La corriente principal del cristianismo se alejó de este tipo de ideas, pero grandes grupos de creyentes las adoptaron nuevamente en varias ocasiones. "No es sólo un grupo marginal de lunáticos, es una parte integrante de toda la cristiandad. Pero en la rama más general de ésta se pone en perspectiva como algo que podría ocurrir algún día", dice Stephen J. Hunt, sociólogo religioso y autor de «Christian Millenarianism: From the Early Church to Waco» (El Milenarismo cristiano: Desde la Iglesia temprana hasta Waco, Indiana University Press, 2001).
Muchos de los grupos que habían predicho la fecha exacta del fin del mundo, lo reconsideraron cuando llegó el momento y no pasó nada. Luego vinieron nuevas teorías.
Los Testigos de Jehová hicieron interminables predicciones sobre posibles cataclismos que nunca sucedieron, y tan sólo en los últimos años han decidido abandonar tales profecías. Sin embargo, estos augurios fallidos no han desanimado a los más creyentes.
No pasó lo mismo con los seguidores del “Movimiento Millerista”, liderado por William Miller, quién no sólo predijo el fin del mundo sino que dijo que ocurriría el 22 de octubre de 1844. La fama de la secta aumentó a medida que se acercaba la fecha, se vendieron miles de periódicos y sólo en una cosa acertó: la llegada del día después.
Este fallo fue conocido como la "gran contradicción" y los seguidores le abandonaron a raudales. "Las actuales profecías son mucho más astutas", dice el profesor Boyer. "Dicen que ningún hombre sabrá el día o la hora, pero que ocurrirá pronto", explica.
La idea del fin de los días parece tener cabida en la cultura popular, siendo errónea la idea de que tan sólo la gente religiosa cree en el fin del mundo.
En tiempos de la Guerra Fría el fin del mundo cobró la forma de armas nucleares, y hoy en día se habla de una catástrofe climática que daría paso a un mundo intacto pero sin seres humanos.
Estas y tantas otras se suman a la lista de lo que solemos escuchar día a día, sobre lo que está ocurriendo en un sentido ecológico. Pero la más llamativa y novedosa de todas es, sin duda, la del planeta Hercolubus.
Este planeta fue descubierto por un colombiano llamado V.M. Rabolú, nacido en 1926. Dos años antes de fallecer, en 1998, escribió un libro llamado «Hercolubus o el Planeta Rojo» (Ediciones Humanidad, 2002), allí describe en detalle los horrores que sufrirán los hombres al llegar este planeta/asteroide cientos de veces más grande que la Tierra. Rabolú expone en ese libro, qué hay que hacer para evitarlo.
La de Michael Molcher, vocero del Sealed Knot, y además, director de un fanzine de comic, “The End is Nigh” (El fin está cerca), que toma en cada numero una parte del Apocalipsis para tratarlo, que asume como favorita la predicción de una mujer convencida de que los chinos tienen planes de construir una base en la luna, que alterarán su órbita y la enviarán peligrosamente hacia la Tierra.
En 1994 el jugador de fútbol Carlos Roa falló en sus pronósticos, diciendo que el mundo se acababa en el año 2000. Este jugador fue consecuente con sus creencias a tal punto que, cuando llegó el 2000, abandonó el club en el que, por entonces, estaba jugando, para prepararse a recibir la llegada del fin del mundo.
Al ver que no había ocurrido nada, intentó volver. Ese año fue el fin de su brillante carrera futbolística. La cifra era ya más redonda evidentemente, pero igualmente fallida.Religiosos o no, los creyentes de estas teorías tienen en común que el mundo terminará algún día y aún hay muchos que quieren determinar la fecha. Tristemente, todos suelen proceder como el predicador estadounidense Ronald Weinland, en su libro «2008 God’s final Witness» (2008 El último testigo de Dios, the-end.com, inc. 2006), predijo que Estados Unidos sería destruido en los siguientes dos años. Lamentablemente, cuando tratamos de averiguar más y se le intenta interrogar vía e-mail sólo se recibe una respuesta automática. Probablemente esté demasiado ocupado preparando su particular final de los tiempos.

La extravagante teoría de Isaac Newton

Corría el año 1704 cuando el físico Isaac Newton hizo una apuesta de futuro: nada menos que augurar la fecha del fin del mundo. El astrónomo inglés, adicto a la astronomía y la alquimia, hizo un cálculo basado en un fragmento de la Biblia, y el resultado fue tan evidente que Newton lo dejó escrito en una misiva: el fin del mundo será en 2060.
Parece inconcebible que el hombre calificado como el científico más grande de todos los tiempos, y su obra como la culminación de la Revolución científica, fuera también uno de los más grandes entusiastas de la astrología, pero así lo demuestran algunos de los manuscritos del físico inglés. Según Newton, debían pasar 1.260 años entre la refundación del Santo Imperio Romano por Carlomagno, en el año 800, y el fin de los tiempos. Una fecha que se cumplirá en 2060.
El manuscrito, junto a otra serie de documentos escritos por el científico británico, forma parte de una exposición en la Universidad Hebraica de Jerusalén. La carta en cuestión se muestra al público por primera vez desde 1969 en el marco de una exposición titulada “Los secretos de Newton”.
En 1983, los manuscritos comenzaron a ser estudiados, para lo cual se fundó en Inglaterra el Proyecto Newton, una comisión encargada de analizar y descifrar el legado textual del físico. Se trata de unos textos que ponen en evidencia un aspecto de la vida del gran físico hasta ahora desconocido: su pasión por la Biblia, un libro al que dedicó 55 años de estudios, puesto que suponía que en ella podría encontrar las leyes divinas del Universo.
La Biblioteca Nacional de la Universidad Hebraica heredó de un coleccionista numerosos manuscritos del sabio (1642-1727), más conocido por sus descubrimientos racionales sobre la gravedad terrestre.

El fin del mundo es una incógnita fascinante, más desde el sentido psicológico que desde un hecho hipotético. Es una fascinación en la que cualquier elemento amenazante tendría que ver con ese mito que nunca se cumple y que parece más una esclusa de escape que la humanidad necesita para aliviar sus temores e instintos más violentos.
Sea como fuere, el mundo sigue girando y lo único real es que todos tenemos que morir algún día..

10 amenazas que podrían destruir la humanidad, según la ciencia

Cambios climáticos, epidemias, terrorismo, pandemias, meteoritos... algunos son más probables, otros menos, pero la posibilidad está ahí y es real. Diez científicos analizan estos riesgos.

Los humanos estamos bastante satisfechos por nuestros avances tecnológicos en los últimos siglos, e incluso por algunos avances sociales. Sin embargo, hay al menos diez amenazas que podrían hacer desaparecer a la humanidad de la faz de la Tierra en un suspiro, en pocos días o en unos meses. No lo dice un predicador loco: lo dicen diez científicos preguntados por la periodista Kate Ravolious para THE GUARDIAN. Más o menos probables, estas diez formas de extinguirse nuestra especie son, sin duda alguna, posibles. Y podría suceder en los próximos años.

1. Cambio climático

Nick Brooks, investigador del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático en la Universidad de East Anglia:

“A finales de este siglo es posible que los gases invernadero se hayan doblado y que la temperatura global haya aumentado al menos 2 grados. Esto es más calor de lo que la Tierra haya experimentado ene l último millón y medio de años. En el peor caso podría alterar el clima en muchas regiones del mundo. Podría llevar a una inseguridad alimenticia global y al colapso masivo de sistemas sociales existentes, causando migraciones y conflictos por los recursos a medida que partes del mundo se hacen inhabitables. No creo que signifique el fin de los humanos, pero tendría un potencial devastador”.
Es decir, una variante de lo que hemos visto en la película El día de mañana, incluyendo los millones de norteamericanos emigrando a México...
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Posibilidad de que la temperatura mundial aumente 2 grados en los próximos 50 años: ALTA.

2. Erosión de los telómeros

Reinhard Stindl, doctor en medicina de la Universidad de Viena:

“En la punta de los cromosomas de cualquier animal hay unos tapones protectores llamados telómeros. Sin ellos, nuestros cromosomas se volverían inestables. Cada vez que una célula se divide casi nunca copia completamente los telómeros, así que durante nuestra vida nuestros telómeros se acortan y acortan a medida que nuestras células se multiplican. A la larga, cuando quedan muy cortos, empezamos a ver enfermedades relacionadas con la edad: cáncer, Alzheimer, ataques del corazón, infartos...”
“Sin embargo, los telómeros no sólo se acortan por el paso del tiempo. Mi teoría es que hay una diminuta pérdida de la longitud del telómero de una generación a otra, igual que sucede con el envejecimiento en el individuo. Durante miles de generaciones los telómeros se irán erosionando hasta niveles críticos. Entonces podríamos esperar irrupciones de enfermedades del envejecimiento en etapas jóvenes de nuestra vida, y finalmente una quiebra poblacional. La erosión de los telómeros podría explicar la desaparición de especies que aparentemente tenían éxito, como el Hombre de Neanderntal, sin necesidad de factores externos como el cambio climático”.
Si esto fuese así, significaría que en nuestros cromosomas, desgastados de generación en generación, ya tenemos una fecha de caducidad como especie.
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Posibilidad de una quiebra poblacional por erosión de los telómeros en los próximos 50 años: BAJA.

3. Pandemia viral

Lo explica la viróloga María Zambón del Health Protection Agency’s Influenza Laboratory, es decir, el laboratorio de investigación de la gripe de la sanidad británica:

“Durante el último siglo hemos tenido 4 grandes epidemias de gripe, además del SIDA y el SARS –el síndrome respiratorio severo agudo, que ha extendido el uso de mascarillas en China y Asia-. Las pandemias masivas asolan el mundo cada siglo y es inevitable que al menos una ocurra en el futuro. En estos momentos la preocupación más seria es el virus de la gripe aviar H5 en los pollos del sureste asiático. Si este virus aprendiese a transmitirse de humano a humano podría extenderse rápidamente por todo el mundo. La gripe de 1918 causó 20 millones de muertes en sólo un año, más de las que causó la Primera Guerra Mundial. Un brote similar hoy podría tener un impacto más devastador”. La pandemia de gripe de 1918 causó 20 millones de muertos en un año
“No es interesante para un virus matar a todos sus huéspedes, así que un virus probablemente no eliminará a toda la raza humana, pero podría causar un serio retroceso durante bastantes años. Nunca podemos prepararnos completamente contra lo que hará la naturaleza: la naturaleza es el bioterrorista definitivo".

Posibilidad de una pandemia viral en los próximos 50 años: MUY ALTA.

4. Terrorismo

Habla el profesor Paul Wilkinson, presidente del consejo asesor del Centro de Estudio del Terrorismo y la Violencia Política de la Universidad de Saint Andrews:

“La sociedad hoy es más vulnerable al terrorismo porque es más fácil que un grupo malevolente consiga los materiales necesarios, la tecnología y la experiencia para hacer armas de destrucción masiva. Ahora mismo, la causa más probable de bajas masivas a gran escala por terrorismo sería un arma química o biológica. Liberar a gran escala algo como el ántrax o el virus de la viruela tendrían un efecto gigantesco, y las comunicaciones modernas enseguida lo convertirían en un problema transnacional.”
“En una sociedad abierta, en la que valoramos la libertad de movimientos, no podemos garantizar que un ataque así sea frenado, y hay una gran probabilidad de que un ataque importante suceda en algún sitio del mundo a lo largo de nuestra vida”.

Posibilidad de un ataque terrorista masivo en los próximos 50 años: MUY ALTA.

5. Guerra nuclear

Lord Garden, mariscal del Ejército del Aire británico y portavoz de defensa del partido Demócrata Liberal:

“En teoría una guerra nuclear podría destruir la civilización humana pero en la práctica pienso que el tiempo de ese peligro ya ha pasado. Hay tres puntos potenciales de atención nuclear actualmente: Oriente Medio, India-Pakistán y Corea del Norte. De estos, Corea del Norte es el más preocupante, con un ejército convencional, de gatillo suelto, que podría empezar una guerra por accidente. Pero me gusta pensar que las barreras contra el uso de armas nucleares se mantienen altas por la forma en que hemos desarrollado un sistema internacional de restricción del uso nuclear.”
“La probabilidad de guerra nuclear en una escala global es baja, aunque permanece la posibilidad de uso nuclear por un estado descontrolado o fanáticos extremistas”.

Posibilidad de una guerra nuclear en los próximos 50 años: BAJA.

6. Impacto de un meteorito

Donald Yeomans, director de la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA:

“A escalas de tiempo muy grandes, el riesgo de morir como resultado del impacto de un objeto cercano a la Tierra es aproximadamente equivalente al riesgo de morir en un accidente de avión. Para causar un problema grande a nuestra civilización, el impacto tendría que ser de alrededor 1,5 kilómetros de ancho o mayor. Esperamos un acontecimiento de este tipo cada millón de años, aproximadamente. Los peligros asociados con un impacto así de grande incluyen una cantidad enorme de polvo en la atmósfera que podría apagar la luz solar durante semanas afectando a la vida de las plantas y de las cosechas que sustentan la vida. Habría tormentas de fuego como resultado de la reentrada de fragmentos calientes y una grave lluvia ácida. Todos estos efectos son a corto plazo –relativamente- de modo que las especies más adaptables (las cucarachas y los humanos, por ejemplo) podrían probablemente sobrevivir.

Posibilidad de que la Tierra sea golpeada por un gran asteroide en los próximos 50 años: MEDIA.

7. Los robots toman el mando

Hans Moravec, profesor investigador del Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg:

“Los controladores robóticos doblan su complejidad (potencia de procesamiento) cada año o cada dos años. Actualmente están justo por debajo del rango inferior de la complejidad vertebrada, pero deberían alcanzarnos a mitad de siglo. Para el 2050 preveo que habrá robots con un poder mental como el de los humanos, con capacidad de abstracción y de generalización.”
“Estas máquinas inteligentes aprenderán de nosotros, crecerán a partir de nosotros, compartirán nuestros valores y objetivos y pueden verse como los hijos de nuestra mente. No sólo nos cuidarán en casa, sino que ejercerán tareas complejas que actualmente requieren la participación humana, como diagnosticar enfermedades y recomendar una cura o terapia. Serán nuestros herederos y nos ofrecerán la mejor posibilidad que podamos tener de llegar a la inmortalidad si nosotros mismos nos incorporamos en robots avanzados”.
En este supuesto queda por ver si los robots se rebelan (y eliminan/subyugan la raza humana, cuya utilidad sería dudosa) o si bien los humanos, de forma masiva, prefieren robotizar tanto sus cuerpos y cerebros que dejarían de merecer el nombre de humanos.

Posibilidad de robots superinteligentes en los próximos 50 años: ALTA.

8. Bombardeo de rayos cósmicos por el estallido de una estrella

Lo explica Nir Shaviv, profesor de Física en la Hebrew University de Jerusalén:

“Cada pocas décadas, una estrella gigante de nuestra galaxia, de la Vía Láctea, se queda sin combustible y explota. Es lo que se llama una supernova. Los rayos cósmicos (partículas de alta energía, como los rayos gamma) se extienden en todas las direcciones. Si resulta que la Tierra está en medio, pueden provocar una Edad de Hielo. Si la Tierra ya tiene un clima frío, una descarga extra de rayos cósmicos podría hacer que las cosas se helasen de verdad y quizá causar la extinción de una serie de especies. La Tierra corre más peligro cuando pasa a través del brazo espiral de la Vía Láctea, que es donde hay más supernovas. Esto sucede aproximadamente cada 150 millones de años. Los indicadores paleoclimáticos muestran que en esos momentos ha habido un periodo frío en la Tierra, con más hielo en los polos y muchas edades glaciales.”
“Actualmente estamos casi saliendo del brazo Sagitario-Carina de la Vía Láctea y la Tierra debería tener un clima caliente durante unos millones de años. Pero en unos 60 millones de años entraremos en el brazo Perseo y es probable que las condiciones heladas vuelvan a dominar.”

Posibilidad de ser bombardeados por una supernova en los próximos 50 años: BAJA.

9. Supervolcanes

Profesor Bill McGuire, director del Benfield Hazard Research Centre en la University College de Londres.

“Aproximadamente cada 50.000 años la Tierra experimenta un supervolcán. Más de 1.000 kilómetros cuadrados de tierra pueden deshacerse en un flujo de ceniza piroclástica, todo alrededor puede cubrirse de ceniza y gases sulfúricos se inyectarían en la atmósfera, creando un fino velo de ácido sulfúrico alrededor del planeta que no dejaría pasar la luz del sol durante años. En pleno día no habría más luz que en una noche de luna llena.”
“El daño global de un supervolcán depende de dónde se produzca y cuánto tiempo el gas tape la atmósfera. Taupo, en Nueva Zelanda, fue el supervolcán más reciente, hace 26.500 años. Sin embargo, el más dañino supervolcán en la historia humana fue Toba, en Sumatra, Indonesia, hace 74.000 años. Estaba bastante cerca del ecuador, así que inyectó gas rápidamente en ambos hemisferios. Los datos demuestran que las temperaturas bajaron dramáticamente los cinco o seis años siguientes, con condiciones heladas en los trópicos.”
“Un supervolcán en 12 veces más probable que el impacto con un meteorito grande. Hay un 0,15% de probabilidad de que suceda en nuestra vida. Los sitios que hay que vigilar son los que ya explotaron en el pasado, como Yellowstone en EEUU y Toba. Pero más preocupante aún es saber que un supervolcán podría estallar en un sitio que no haya estallado nunca antes, como bajo la selva tropical del Amazonas”.

Posibilidad de un supervolcán en los próximos 50 años: MUY ALTA.

10. La Tierra, engullida por un agujero negro

Richard Wilson, profesor de física e investigador de la Universidad de Harvard (EEUU):

“Hará unos siete años, cuando el Recolector Relativista de Iones Pesados se estaba construyendo en el Laboratorio Nacional Brookhaven de Nueva York, había la preocupación de que pudiera formarse un estado de materia densa que no había existido antes. En aquel momento era el acelerador de partículas más grande construido en el mundo y permitía hacer que chocasen con inmensa fuerza iones de oro. El riesgo era que aquello pudiera llegar a una fase que fuera suficientemente densa como para ser como un agujero negro, tomando materia del exterior.”
“¿Acabarían los laboratorios Brookhaven –y quizá también la Tierra entera- engullidos por un agujero negro creado por el nuevo acelerador? Usando la información que ya conocemos sobre los agujeros negros en el espacio exterior, hicimos un cálculo para descubrir si el acelerador de partículas de Brookhaven era capaz de formar tal agujero negro. Ahora estamos bastante seguros de que esa fase de la materia no se formará en Brookhaven y que no se tragará a la Tierra cuando colisionen estas partículas”. .

Posibilidad de que un agujero negro engulla la Tierra en los próximos 50 años: EXTREMADAMENTE BAJA.