PARALELISMOS CULTURALES

A pesar de que hoy en día las teorías parecen evolucionar a una velocidad vertiginosa, de vez en cuando, nos convendría echar una ojeada atrás y mirar en los archivos de nuestra Historia. Porque es en ella donde encontraremos frecuentemente las claves a nuestra evolución, a nuestro progreso, a nosotros mismos en definitiva.
Con sorpresa descubriremos que muchas de las respuestas a los hechos que ocurren hoy, tienen un origen más antiguo de lo que podríamos imaginar. Tal como ocurre con el tema que a continuación paso a desarrollar.
Bastaría adentrarnos en una de las parcelas que la conforman, concretamente en la Cultura, para encontrarnos con una serie de similitudes entre países tan alejados el uno del otro como China y Guatemala, por ejemplo, impensables para una época muy anterior a aquella en la que se afirmaba que el mundo era plano y poseía unos límites que no se podían sobrepasar sin el riego de caer en un oscuro abismo sin retorno. Y en la que, por supuesto, todavía no se conocía el continente americano; la era de las grandes travesías aún no había comenzado.

Citemos algunos ejemplos:
  • ¿Cómo explicar la similitud, por no decir la idéntica forma de las pirámides de Egipto con las de México y Guatemala?. Tanto la de Gizeh como la de Tootihacan, Chichtzen Iza o Palenque tienen situadas sus cámaras sepulcrales de forma idéntica entre sí. Y del mismo modo que resulta inexplicable como las pinturas del interior de las cámaras egipcias no presentan la más mínima señal de humo. Tampoco las mexicanas o mayas acusan haberse utilizado antorchas para la iluminación interior. ¿Cómo alumbraron el interior de las pirámides egipcios, mexicanos o mayas? ¿Acaso, como sugiere el grabado adjunto, se alumbraron con energía eléctrica?. El misterio continúa sin desvelarse. Así como sabidísimo es que las técnicas embalsamadoras egipcias eran idénticas a las utilizadas por los quechuas anteriores a la llegada de Pizarro. Cieza de León y el inca Garcilaso nos dejaron amplias descripciones de las momias incas.















  • Pizarro se sorprendió al encontrarse en el Perú recién conquistado, con casi todo cuanto Hernán Cortés había hallado años atrás en la conquista de México. Pero, aún dio con algo más sorprendente en el mercado de Cuzco. ¡Nada menos que una balanza de idénticas características a las de la antigua Roma!.
  • Entre las 827 versiones contabilizadas por los etnólogos del Diluvio Universal, algunas de ellas son narradas en las diferentes lenguas de la América Precolombina, incluso entre los indios de la actual Norteamérica y del Canadá.
  • Francisco Raposo, un aventurero de principios del siglo XX, en plena selva amazónica del Brasil descubrió unos signos grabados en una gran losa de piedra. Los copió, los dio a examinar a un profesor de la Universidad de Lima, y resultó que eran idénticos a las letras del alfabeto griego antiguo. La losa, sometida después a un examen por expertos que fueron llevados allí por Raposo, fue declarada de una antigüedad de setecientos años.
  • En la pirámide funeraria de Tikal se halló un collar de jade verde de cinco hileras. Lo que se preguntan todos es quien o quienes llevaron el jade a Guatemala, porque esta piedra preciosa solo procede de China.
  • Pedro Corzo, un español de la Conquista, escribió señalando la existencia de muchos templos dedicados al dios del viento que los indios llamaban “Guatan”. Este “Guatan” maya era sencillamente traducción del dios “Wotan” germánico. El antiguo día de “Wotan”, correspondiente al comienzo del solsticio de invierno, era tambien el punto de arranque del calendario inca.


La relación de similitudes culturales podría prorrogarse hasta escribir un libro sobre ellas. Y de nuevo hemos de hacer constar que hasta 1.492 América no empezó a incorporarse a la cultura occidental y los ejemplos que cito se remontan a mucho antes. Cabe preguntarse entonces ¿cuál fue la conexión entre estas culturas? ¿quién o quienes enlazaron pueblos tan distantes entre sí?. Lo que oficialmente se nos dijo que ocurrió en épocas pasadas no encaja con los hallazgos arqueológicos que se han ido efectuando. Éstos han sido obra de discusión durante decenios sin que se haya llegado, hasta el momento, a una conclusión unánime y definitiva en torno a los mismos.