El Valbanera

El transatlántico español Valbanera naufragó en septiembre de 1919. Sus restos fueron localizados el día 19 de ese mismo mes por el guardacostas de la Marina de los Estados Unidos US SC-203 en Half Moon Shoal (Bajos de la Media Luna). De la superficie del agua sólo asomaban los pescantes de babor de la toldilla y el mástil de popa. El buque se encontraba a 12 metros de profundidad reposando sobre su costado de estribor. Y lo más extraño de todo, no había ni rastro de los 488 pasajeros y tripulantes que aún se encontraban a bordo.
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El Valbanera fue construido en el año 1906 en los astilleros C. Connell & Co, en Glasgow, con unas dimensiones sin duda importantes: 119,85 metros de eslora por 14,6 metros de manga. Era un buque de casco de acero, con una maquinaría capaz de desarrollar una fuerza de 447 caballos y alcanzar una velocidad de 12 nudos. Fue a finales de 1916 cuando una vez matriculado en Cádiz comienza su ruta transatlántica americana, llevando a miles de emigrantes de la Península y Canarias al Nuevo Continente en busca de una esperanza para sus familias.
Su servicio comenzaba en el puerto de Barcelona. Al mando del Capitán Ramón Martín Cordero zarpó el 10 de Agosto de 1919 donde sólo consta que embarcaron balas de tejidos, pero ningún pasajero. El 13 zarpó de Málaga con varias partidas de vino, frutos secos y aceitunas y 34 pasajeros, uniéndose a ellos 521 más en el Puerto de Cádiz un día después. El 17 de agosto de 1919 llegó a Las Palmas, donde embarcaron 259 pasajeros; 212 hicieron lo propio en Tenerife al día siguiente y el 21 del mismo mes 106 pasajeros más se unieron al pasaje en el Puerto de La Palma. La escala de este buque de pasajeros había sido avisada a través del periódico tinerfeño La Prensa el 24 de Junio de 1919 con la siguiente publicidad: El moderno y rápido vapor de dos hélices y ocho mil toneladas Valbanera, pasará por este puerto con destino a los de Santiago de Cuba y Habana en la primera quincena de Julio próximo, admitiendo pasajeros y carga, debiendo dirigirse las solicitudes de hueco con la oportunidad debida al agente de la Compañía en esta Plaza.
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Cuando salió de este último puerto con destino a San Juan de Puerto Rico, Santiago de Cuba, La Habana, Galveston y Nueva Orleans había a bordo 1142 pasajeros y 88 tripulantes.
Se trataba sin duda de uno de los barcos predilectos de la Naviera Pinillos, Izquierdo y Compañía, bendecido con el nombre de la riojana Virgen de Valvanera, a la que la familia Martínez de Pinillos tenía especial devoción. Una bendición que según la leyenda popular nada pudo contra un destino trágico que ya algunos presagiaron al comprobar que el nombre de la Virgen aparecía mal escrito, al cambiar la segunda “v” por una “b” cuando lo grabaron en su casco.
Los últimos días de la fatídica embarcación están marcadas por el misterio, e incluso existe un periodo de tiempo en el que el barco estuvo literalmente desaparecido.
El 10 de agosto de 1919 zarpó del puerto de Barcelona, haciendo escala en Valencia, Málaga y Cádiz, llegando a Las Palmas el día 17 de agosto. Un día después recogería a más pasajeros en Tenerife, y el 19 saldría definitivamente hacia América desde Santa Cruz de La Palma, con 1.230 personas a bordo, entre tripulación y pasajeros. Tras una parada en Santiago de Cuba, donde desembarcaron por diversos motivos 742 pasajeros, lo que sin duda les salvó la vida. En su momento se habló de presagio o premonición, pero las causas –en esta ocasión– tal vez fueron más prosaicas: el lugar de trabajo de muchos emigrantes se encontraba más cerca de Santiago que de La Habana; otros piensan que simplemente se trató de una coincidencia.
El mismo día 5 zarpa el Valbanera hacia La Habana con 488 personas a bordo, siendo vistas sus luces desde la capital cubana la noche del 9 de septiembre, mientras un potente ciclón azotaba las aguas caribeñas. El próximo y último contacto del Valbanera se produjo al mediodía del 12 de septiembre, cuando desde la estación de Key West se captó una llamada rutinaria del barco solicitando información meteorológica. El capitán del Valbanera indicó también por medio de señales del sistema morse, que intentaría capear el temporal en alta mar hasta que amainara. Nada más se supo del barco hasta que sus restos fueron encontrados por el cazasubmarinos US SC- 203 de la marina americana, el 19 de septiembre. Ni en esta, ni en la inspección efectuada dos días más tarde, se encontraron cadáveres ni indicios que hicieran suponer que intentaran salvarse.

Se rumoreó que a la salida del puerto de Santa Cruz de La Palma, una maniobra brusca hizo que el Valbanera perdiera una de sus anclas, lo que fue interpretado como un mal presagio por los marineros. Su historia es también la de varios sorprendentes augurios.

Su capitán, Ramón Martín Cordero, de 34 años de edad, con 8 años de servicio, y procedente de una familia de marineros gaditana, envió desde La Palma una carta a su esposa Mercedes Polanco y Cano, diciéndole que en el caso “de no perder la vida en este primer viaje, a la vuelta tendría el placer de que su hija le tirase de la americana”. Tal y como su esposa declaró a la prensa de entonces: “No parece sino que mi marido tenía el presentimiento de una desgracia”.
Otro de los episodios premonitorios más sorprendentes y comentados de la época lo protagonizó la niña de cinco años Ana Pérez Zumalave, vecina de la calle del Terrero, de Las Palmas de Gran Canaria. Próximo el viaje a La Habana, un vecino declaró al diario «La Provincia» que la criatura no quería ir. Llorosa, protestaba diciendo: “Yo no quiero ir. Yo no me embarco en ese barco. Ese vapor se va a pique”. Era tal la insistencia de la niña, que la madre llegó a amonestarla, y ya en el muelle repitió sin dejar de llorar: “Mamá va contenta, pero yo no, porque el barco se hunde”.
Como ya dije, el Valbanera zarpó del puerto de Santiago de Cuba con rumbo a La Habana el 5 de septiembre y hasta el día 19 no es observado nuevamente, aunque está vez reposando en los fondos arenosos caribeños tras haber naufragado. En todo este intervalo de tiempo existen dos fechas claves: la noche del 9 y el mediodía del 12 de septiembre. Durante la primera, los pasajeros del Montevideo, atracado en el puerto de La Habana, oyeron la sirena de un barco y creyeron distinguir sus luces, deduciéndose que no podía ser otro barco que el “Valbanera” puesto que no se esperaba la llegada de ningún otro. Tal y como escribe el investigador palmero Juan Carlos Díaz Lorenzo en su obra Valbanera: viaje a la eternidad, los vigías del Castillo del Morro, situado a la entrada del canal que conduce hasta el puerto de La Habana, descifraron las señales que el barco emitía insistentemente la letra G del Código Internacional de Señales, dos destellos largos de luz seguido de uno corto: “Necesito práctico”. Y aunque desde el atardecer estaba encendida la señal que indicaba que la bocana estaba cerrada, por morse se le comunicó la novedad y, al mismo tiempo, se le recomendaba marchara mar adentro hasta que el temporal amainase.
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El día 12 de septiembre, a las 13,15, la estación de Key West captó su señal. Según quedó plasmado en el diario de navegación del cazasubmarinos norteamericano US SC- 203, los registros de radio indican que a las 13,15 AM del día 12 el Valbanera telegrafió y preguntó si había algo para él. La citada estación fue incapaz de captar su señal diez minutos después. No hubo respuesta. El comandante de un cazasubmarinos ha declarado que vio el naufragio aproximadamente a las 23,00 p.m. del mismo día. Parece probable que el buque naufragase durante el huracán de la noche del nueve al diez por lo que los registros de radio son contradictorios, y todo rastro del buque desapareció antes del día 12. ¿A que es debida ésta incongruencia en los datos?. Y lo que es más sorprendente, ¿por qué la llamada del Valbanera no reflejó ninguna señal de alarma?
Curiosamente, las inspecciones de los cazasubmarinos sólo lograron descubrir ni un solo cuerpo de los casi quinientos pasajeros que se calculó viajaban en el barco. Los pescantes indican que no se hizo ningún esfuerzo para arriar los botes salvavidas, señalaba el diario del US SC-203.
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..................................Trayectoria seguida por el huracán de 1919

No hubo testigos, ni se hizo ninguna investigación oficial. Cuando los pasajeros desembarcados en Santiago supieron la triste noticia, se apresuraron a escribir a sus familias en España y Canarias para comunicarles que se encontraban a salvo. Las informaciones sobre el naufragio del Valbanera llegaban con cuentagotas desde Cuba y Estados Unidos. Se sabía que muchos pasajeros habían desembarcado en Santiago pero las autoridades se negaban de manera incomprensible a facilitar la lista de pasajeros desembarcados en esa ciudad. La angustia de los familiares se prolongó durante meses. Algunos de los pasajeros declararon posteriormente que desde su salida de La Palma, el Valbanera presentaba una pronunciada escora a estribor, que se mantuvo incluso al abandonar Santiago rumbo a la tragedia.

Víctimas por gripe en un viaje anterior (julio 1919):

Como dato interesante sobre la desgracia que se abatió sobre este trasatlántico, hay que indicar que aquéllos eran los tiempos de la tristemente célebre gripe española o Spanish flea con que la conocían en los países anglosajones, y la prensa de la época se hizo eco de los viajes realizados a Cuba por los vapores Cádiz y Barcelona, que con varios enfermos a bordo habían hecho escala en el Puerto de Santiago de Cuba lo que obligó a tomar toda una serie de medidas sanitarias para evitar la expansión de la epidemia. El 16 de Julio de 1919, la prensa española se hizo eco de la muerte de varios emigrantes a bordo del Valbanera. En La Habana habían embarcado 1.600 pasajeros, cuando el buque tenía una capacidad máxima para 1.200. Durante la travesía de regreso a España, varios de ellos fallecieron y hubo que arrojarlos por la borda. Centenares de emigrantes viajaron hacinados en cubierta durante los 14 días que duraba la travesía hasta Las Palmas, que era el primer puerto donde haría escala en su viaje de retorno desde Cuba. Dicha travesía se desarrolló en unas condiciones climatológicas adversas y cuando el 16 de Julio el Valbanera atracó en Las Palmas, la reacción no se hizo esperar. Se pidió el procesamiento del capitán y del médico y en los periódicos insulares se podía leer comentaros como el siguiente:
Pueblos que consienten sin protestar que vuestros hogares se vistan de luto y vuestros seres queridos perezcan víctimas de las epidemias de los barcos de Pinillos, son pueblos muertos que deben desaparecer.

En la Lonja de Comercio, en La Habana, tenía su oficina el consignatario de Pinillos, Izquierdo y Cía.

El capitán del Valbanera fue destituido, según algunos testimonios, por denunciar a la empresa y, según otros como cabeza de turco. Lo cierto es que el mando del Valbanera pasó al Capitán Ramón Martín Cordero, que hasta entonces había mandado los vapores Conde Wilfredo y Balmes.