Abducciones: hipótesis para un misterio – El caso de F.A.
Una de las facetas más sobrecogedoras que ofrece este complejo mundo, es la posibilidad de que “alguien” esté utilizando a los propios seres humanos como ejemplares de laboratorio, tal y como parecen indicar algunas evidencias.
Los investigadores de todo el mundo poseemos amplios dossieres, de los que una parte han sido investigados hasta sus últimas consecuencias.
De su análisis intentamos extraer conclusiones válidas que nos expliquen este fenómeno. La empresa es difícil pero, en cualquier caso, exponer el proceso de estos secuestros y meditar acerca del testimonio de sus protagonistas puede ayudarnos a descubrir algunas respuestas.
Hipótesis para un enigma
Ante el inmenso volumen de casuística existente se han planteado numerosas hipótesis: demonios, enfermedades mentales, recuerdos perinatales, fenómenos psíquicos, extraterrestres, experimentos sociológicos, etc.
Muchas de ellas no son más que variantes de una misma teoría, por ello he querido sintetizar en este artículo las que creo son las más factibles.
También existen fraudes. Sin embargo, una investigación mínimamente rigurosa suele detectarlos con relativa facilidad.
Personalmente estoy convencido de que ninguna de las siguientes posibilidades que voy a presentar es la respuesta definitiva para el fenómeno abducción. Solamente una combinación de todas ellas se aproximará a la explicación del enigma de este tipo de experiencias.
No queda otra posibilidad, si partimos del hecho de que cada caso es diferente a los demás, influenciado por los condicionamientos culturales del testigo. Pero aun así, posiblemente su origen se encuentre en una de estas hipótesis.
Los cirujanos del espacio
La Hipótesis Extraterrestre (HED) es la más conocida y compartida por su sencillez y aparente obviedad. A la luz del conjunto del fenómeno OVNI parece "indiscutible" que estamos siendo visitados por seres inteligentes provenientes de otros lugares del Universo.
Si bien es cierto que muy pocos astrónomos dudan ya de la existencia de vida inteligente en otros planetas, el mayor problema con el que se encuentran es el de las distancias estelares. Tanto si estos supuestos visitantes provienen de otros sistemas solares de nuestra galaxia (el más cercano está a más de cuatro años/luz), como si llegan desde otras galaxias, sus naves habrían de superar la velocidad de la luz (algo imposible según nuestra física) o bien fletar inmensas naves-nodriza, que cruzasen el espacio durante generaciones, a velocidades próximas a las de la luz, es una opción difícil de aceptar.
Este prodigio requeriría una tecnología que raya en lo divino. Imaginemos naves que se materializan y desmaterializan al superar la velocidad de la luz, o inmensos "portaaviones" galácticos con pueblos enteros autoabastecidos por generaciones en una cruzada científica por distintos planetas y estrellas.
Partiendo de esta elemental premisa, ¿cómo justificar que los secuestradores desconozcan cosas tales como la anestesia, a menos que disfruten torturando a los abducidos; que tengan fugas radiactivas que afectan a los puntos donde aterrizan; que ignoran la utilidad de un reloj o unos prismáticos, sobre los que interrogan a los abducidos; que utilicen agujas, tijeras o toscas jeringuillas en sus análisis ... ?
Una mínima reflexión crítica sobre estas monstruosas incoherencias del fenómeno OVNI obligarían replantear la HET al mayor de los acérrimos defensores de la misma. Sin embargo, la oportuna frase "Es que ellos tienen otra lógica que no podemos comprender", nos sitúa ante el mismo problema que la comprensión de la "Santísima Trinidad", es decir, debemos bordear estas incoherencias para aceptar nuestros prejuicios religiosos.
Llegados a este punto, los partidarios de la hipótesis extraterrestre deducen la naturaleza, origen e intencionalidad de las abducciones. La raza humana está siendo sometida desde siglos atrás a una serie de experimentos genéticos y científicos por parte de seres extraterrestres, los cuales, probablemente, tratan de conseguir un proceso de perfeccionamiento genético de su raza, o bien una adaptación de ciertos individuos a nuestro mundo.
La psicología y la psiquiatría
Son probablemente la psicología y la psiquiatría las disciplinas científicas que más luz podrían aportar al fenómeno abducción a través del análisis de algunas de sus facetas. Esta forma de pensar es compartida por una gran parte de los investigadores, que opinan que los raptos son fantasías motivadas por determinados factores psíquicos.
Dentro de la psicología y la psiquiatría existen una serie de fenómenos que, realmente, podrían justificar muchos de los casos de abducción, presentando una explicación científica posible frente a cualquier otra hipótesis. Los fenómenos hipnagógicos, por ejemplo, son una serie de imágenes que podemos observar justo antes de iniciar el sueño, una especie de ensueños en los que frecuentemente vemos imágenes geométricas, formas amenazadoras o monstruos y seres extraños.
Estas fantasías oníricas ya fueron investigadas a finales del pasado siglo por Alfred Maury, quien mencionaba en sus estudios la posibilidad de aparición de extraños duendecillos y humanoides durante el trance hipnagógico.
Ello podría suponer una explicación al fenómeno relacionando con los Visitantes de alcoba.
Imaginemos a una persona interesada en los ovnis que, una noche en la cama, se queda momentáneamente traspuesto. Inconscientemente es víctima de una fabulación hipnagógica. Su "banco" de datos cerebral se ocupará de añadir todos los detalles que ha recopilado a través de la lectura de libros especializados sobre el tema.
A partir de ese momento, un probable proceso de autosugestión, así como la "selección perceptiva" de los datos captados en las diversas lecturas, crearán paulatinamente un nuevo caso de abducción.
La conjetura HPR
Alvin H. Lawson, un profesor de la Universidad de California, donde dicta clases de pensamiento crítico utilizando los ovnis como punto central de sus disertaciones.
En 1981, junto a W.C. McCall propuso la Hipótesis de los Recuerdos Perinatales (HRP) como una teoría "comprobable" para explicar los pretendidos secuestros por extraterrestres.
Esta teoría impresionó notablemente a toda la comunidad de investigadores, al justificar, en el aspecto teórico, las similitudes que tenían los relatos de abducción de personas pertenecientes a distintos países, épocas, razas, credos, etc. Y es que todos somos susceptibles de sufrir una abducción, según esta conjetura. Dicha hipótesis afirma que las abducciones no son más que una rememoración inconsciente del parto.
Lawson resalta las sorprendentes similitudes que existen entre los raptos ovni y las operaciones de parto. Por ejemplo, en numerosos casos los secuestrados describen a los extraterrestres como seres muy delgados, de pequeño cuerpo y cráneo totalmente desproporcionado ... , es decir, muy semejantes al feto. Las salas de las naves, la camilla donde tienden a los secuestrados y el instrumental utilizado, serían un recuerdo de la aséptica sala del hospital.
El rayo de luz por el que tantos abducidos afirman haber sido transportados a la nave simbolizaría el cordón umbilical. Lo traumático del rapto es el recuerdo del trauma del nacimiento. Los "Platillos Volantes" son el recuerdo perinatal del aspecto circular y aplanado que adopta el huevo humano fertilizado seis días después de la concepción... y así continúa una extensa lista de supuestos recuerdos perinatales que explicarían el "síndrome abducción", según Lawson y McCall.
A pesar de que la HRP resulta sumamente interesante, los pretendidos paralelismos entre las abducciones y el parto resultan forzados y a veces muy fantasiosos.
Con razón los detractores encuentran semejanzas entre las abducciones y los macrocéfalos calamares. La ingravidez de las naves es una rememoración de las profundidades marinas; los tentáculos son los rayos luminosos, el calamar abierto adquiere forma "discoidal". Recordemos que muchos abducidos son marineros, pescadores, viven en zonas costeras.
No obstante, Alvin Lawson continuó desarrollando su hipótesis con nuevos argumentos extraídos, del psicoanálisis y la neuroquímica, ampliando la aplicación de la HRP a otras supuestas experiencias parapsíquicas, como el chamanismo, las Experiencias Cuasi Muerte, etc. Todo tiene una explicación perinatal.
Pero, aún así, los estudios de Lawson son una asignatura imprescindible para todo aquel que quiera comprender la naturaleza última del fenómeno abducción. No sólo por su HRP, sino por las experiencias de "rapto imaginario" que Lawson publicó en 1977. Estas experiencias consistían en hipnotizar a una serie de sujetos escogidos aleatoriamente e inducir en ellos, mientras se encontraban en estado hipnótico, la idea de que eran secuestrados por un OVNI. La descripción que hacían los "falsos abducidos" del interior de la nave, de los tripulantes y de toda su experiencia, coincidía notablemente con las descripciones de los "auténticos" secuestrados. Una buena razón para reflexionar.
Abducciones de "fabricación" americana
En verano de 1989, el investigador William Moore confesaba ante una asombrada concurrencia su colaboración con los servicios de inteligencia norteamericanos actuando como agente de intoxicación OVNI; esto es, distribuyendo información falsa entre determinados investigadores.
En España se produjo una confesión similar el 9 de diciembre de ese mismo año, durante la celebración del I Congreso Nacional de Parapsicología y Ufología, en La Rioja. En esta ocasión fue el brasileño afincado en New York, Jefferson Sousa, quien afirmó, entre lágrimas de consternación, que operaba como un "topo" al servicio de la CIA para intoxicar a los ufólogos suministrándoles falsa documentación.
Souza, que aseguraba haber sido abducido en Brasil siendo aún un niño, dejó boquiabiertos a todos los presentes con una historia más propia de un film de espionaje que de un congreso ufológico.
Tras su inusual disertación, los investigadores españoles Enrique de Vicente y Manuel Carballal pudieron interrogar a Souza. El brasileño les narró una serie de sorprendentes circunstancias en las que afirmaba haberse visto envuelto desde su muy dudoso reclutamiento por la agencia de inteligencia norteamericana.
Según él, la mayor parte de las abducciones eran reales, pero habrían sido llevadas a cabo no por extraterrestres, sino por miembros de las fuerzas armadas norteamericanas, las que estarían realizando un gran "experimento sociológico" a nivel mundial escudados tras el fenómeno ovni.
Por otro lado, siempre según Souza, se introduciría entre la población mundial el mito del invasor alienígena (al mismo tiempo que se potenciaría el mito del "ángel-extraterrestre), como una forma de control de masas a largo plazo, tal y como se sugirió en el Informe Montaña de Hierro (importante estudio sociológico) que un día la amenaza extraterrestre sería uno de los sustitutivos de la guerra para facilitar una unificación de los pueblos bajo un gobierno mundial.
Tras una minuciosa investigación que duró varios meses, De Vicente y Carballal, pudieron demostrar y denunciar públicamente que Jefferson Souza continuaba mintiendo, aun después de su supuesta confesión y arrepentimiento. Sin embargo, su afirmaciones e informaciones sobre las "abducciones made in USA" han sido desarrolladas, antes y después de Souza, por otros investigadores. Notables casos, como el de Cash-Landrum, en los que el gobierno norteamericano ha sido denunciado, judicialmente, acusado de practicar graves experimentos sobre civiles amparándose en supuestos ovnis.
La alternativa parapsicológica
Desde que investigadores como Jacques Vallée, Jerorne Clark y otros, sugiriesen los paralelismos entre el fenómeno ovni y otros aspectos de lo paranormal ha pasado mucho tiempo y esa hipótesis ha ganado más adeptos, algunos de los cuales abogan por una respuesta eminentemente parapsicológica para el problema de los raptos por extraterrestres.
Amparados en la indiscutible relación que existe entre algunas abducciones y la fenomenología paranormal, algunos autores plantean los raptos, y todo el fenómeno ovni, como una especie de vasta materialización de arquetipos provocada por el inconsciente del testigo o, más probablemente, por el Inconsciente Colectivo de la Humanidad.
El carácter casi onírico de la mayor parte de los relatos de rapto entroncaría perfectamente con las características elementales de los poltergeist, las sesiones espiritistas u otros fenómenos que, según la parapsicología, estarían originados exclusivamente por las facultades psicocinéticas de la mente humana.
Esta hipótesis aportaría respuestas un tanto fáciles a los casos que muestran evidencias no meramente testimoniales. Así pues, las cicatrices que presentan en su cuerpo tantos abducidos serían resultado de un proceso psicosomático similar al de los estigmatizados; las huellas de los aterrizajes serían producto de un efecto de fitometarquia o fitomanatosis; y las luces nocturnas pre o post-abducción, ideoplastias...
Realmente resulta discutible esta hipótesis, pues pretende resolver un misterio con otros misterios. El enigma de las abducciones resuelto a través de las desconocidas capacidades parapsíquicas. Pero, pese a ello, la mejor definición que se ha escuchado sobre la probable naturaleza de las abducciones viene de uno de los mayores defensores de la hipótesis paranormal, nuestro amigo José María Casas Huget. Fundador del Centro de Estudios Interplanetarios, concibe los contactos ovni como "Sueños Materializados", refiriéndose al carácter casi onírico de la mayoría de experiencias de abducción. En ellas el testigo puede ser transportado hacia la nave levitando, atravesando paredes y techos, enfrentándose a entidades abstractas semietéreas, proyectándose hacia el futuro o el pasado, viajando a otros mundos, viéndose en dos lugares a la vez ...
En muchas ocasiones, los protagonistas de abducciones han confesado que ellos mismos dudarían de la realidad de su experiencia, si no conservasen las cicatrices de sus cuerpos, las huellas circulares en el pasto quemado del jardín, o el testimonio de vecinos o amigos que vieron ovnis en la zona el día de su secuestro.
Partiendo de una aceptación a priori de las capacidades parapsicológicas del cerebro para influir y modificar la materia a distancia (psicocinesis), podríamos imaginar complejos procesos de modificación molecular para crear efectos fotónicos, materializar naves discoidales o incluso crear entidades energéticas similares a los "espíritus" creados ectoplasmáticamente por los médium espiritistas, o parecidos a los "tulpas" fabricados energéticamente por los lamas tibetanos.
Esas "entidades energéticas", que en este contexto adoptan el arquetipo fetal de "enanos macrocéfalos", obedecerían ética, estructural y estéticamente a los patrones mentales del mismo abducido, lo cual justificaría las limitaciones científicas y técnicas que resaltan en el interior de las supuestas naves de los secuestradores. Todo ello obedecería a algún tipo de proceso o plan cósmico, regido por Gaia, o por el Inconsciente Colectivo de la raza humana, con fines evolutivos aún no demasiado claros.
Vecinos de otra dimensión
Como una ramificación de la hipótesis extraterrestre, surge la de los visitantes de universos paralelos. Mundos y dimensiones invisibles que convivirían con el ser humano en distintos aspectos de la realidad.
Según esta creencia, existiría otro tipo de formas de vida inteligente, en otro estado de vibración energética, que habitarían en dimensiones paralelas. En ciertos momentos, y por determinadas circunstancias, nuestros vecinos podrían atravesar la barrera dimensional, manifestándose en nuestro plano tridimensional. Ellos serían los mismos a través del tiempo, presentándose con diferentes disfraces en función del contexto social en el que han de mimetizarse.
Según esto, todas las criaturas que se han manifestado a lo largo de siglos serían los mismos crueles visitantes que, como irreverentes bromistas, utilizan al hombre como un muñeco.
Sin saberlo, los teósofos, magos y hermetistas clásicos y contemporáneos, como H.P. Blavatski o John Baines, sentaron en sus tratados las bases para explicar esta posibilidad. En la actualidad, algunos osados investigadores han retomado el estandarte para reivindicar un posible origen dimensional de los ovnis. El epílogo del libro OVNIS Alto Secreto, de Marcelino Requejo o El Universo no es plano, de Miguel Pedrero, son un ejemplo de ello.
También autores como Salvador Freixedo se han atrevido a romper los dogmas de una ufología tradicional, para defender la tremenda posibilidad, repleta de abstracción, de que los abducidos de todos los tiempos hayan sido víctimas de las mismas criaturas: los otros inquilinos del planeta, que morarían en otro estado dimensional, en otro tiempo…
El caso de F.A.
Mérida (Badajoz) ESPAÑA. Sábado, 25 de Diciembre de 1976
El caso que voy a exponer a continuación ha tenido que esperar durante más de veinte años para poder ver la luz. Su protagonista F.A. (Por deseo expreso, sólo podemos facilitar sus iniciales), profesor de Bellas Artes en la augusta ciudad de Mérida, no aceptó en ningún momento que se publicara nada hasta el día de su fallecimiento.
F.A., que contaba en esa fecha 46 años de edad, se encontraba a las diez de la mañana del sábado 25 de diciembre de 1976 en compañía de dos jóvenes alumnos de 16 y 17 años de edad a pocos kilómetros de la ciudad de Mérida, cerca de la vía férrea Madrid-Cáceres, cuando observaron una “EXTRAÑA ZONA DE NIEBLA”.
Ésta consistía en un rectángulo de unos cien metros de longitud y unos dos metros de altura en el centro, aunque en los bordes era menor. Estaba asentada entre unos olivos. Los testigos estaban entretenidos en la actividad ilegal de la caza de pájaros con escopetas de aire comprimido. Al observarlo lo que les extrañó fue que la “NIEBLA” avanzaba hacia ellos. Cuando se dieron cuenta, estaban envueltos por la misma. Era tan densa que llegaron a asustarse porque casi no podían verse pese a estar juntos. Intentaron salir hacia fuera e instantes después la “NIEBLA” les abandonó volviendo a quedarse un día soleado. Siguieron cazando, comentando la extrañeza del insólito fenómeno, hasta el mediodía en que el testigo principal exhortó a los dos jóvenes a que se fueran a sus casas ya que él iba a continuar un rato más.
Siguió caminando hasta que sintiéndose cansado se recostó en el suelo, junto a un árbol, con la escopeta en la mano. Instantes después se quedó profundamente dormido.
En un momento dado entreabrió los ojos viendo una gran oscuridad en torno a él. Pero estaba tan cansado que siguió dormido. Esta situación quedó rota bruscamente al sentir un fuerte dolor en el hombro izquierdo.
Sobresaltado abrió los ojos y contempló que era de noche. Casi no tuvo tiempo de averiguar que hora sería ya que como consecuencia del dolor miró hacia su brazo izquierdo y quedó horrorizado, una especie de ”TENTÁCULO” le tenía atenazado. Trató de reaccionar y pensar si todo sería una pesadilla, cerciorándose de que se hallaba en el mismo árbol y no comprendiendo como le había llegado la noche. Entonces pudo comprobar que, efectivamente, algo le sujetaba el brazo. Como medida de autodefensa intentó avanzar hacia una alambrada cercana con el fin de asirse a ella y quedar libre del “TENTÁCULO”. Soltó la escopeta y con su mano derecha tocó “aquello” notando que tenía un tacto esponjoso, como algo artificial. Apenas se había desplazado un par de metros tratando de soltarse cuando a su derecha notó un foco de luz. Al mirar divisó que provenía de un bulto oscuro con forma de huevo posado sobre un costado. La luz sobre el mismo dejaba ver la silueta de una “persona” delgada. Los pensamientos se agolparon a toda velocidad en su mente. El miedo le hizo sentir el martilleo de la sangre en sus sienes y un agudo dolor en el pecho haciéndole perder el conocimiento.
En la imagen superior, representación del encuentro. En la inferior, rostro y mano del ser observado por F.A.
Al despertar lo vio todo confuso, se encontraba en una amplia sala o departamento, tendido sobre una camilla o algo parecido. Lo que vio en primer lugar fue una lámpara o algo similar de unos dos metros de diámetro que emitía una gran luz de un color blanco brillante. Se elevó ligeramente para observar mejor, lo que pensó sería una habitación de hospital. Se vio rodeado de aparatos y luces con una temperatura ideal y un silencio absoluto. Le llamó la atención una especie de brújula aunque no era eso exactamente, con números y signos, estos últimos totalmente desconocidos para él. De ese aparato salían voces con intervalos de ruidos. Eran voces hablando un idioma desconocido. Parecía dar y recibir órdenes al mismo tiempo. Cuando se quedaba en silencio empezaban a encenderse y apagarse una serie de luces de colores, algunas de un cromatismo tan raro, que le resultaba difícil de definir pese a su dominio del dibujo.
Siguió tendido sobre aquella camilla hasta que decidió llamar la atención para ver si venían a verle, cosa que repitió en varias ocasiones. Instantes después oyó una voz en español un poco confusa que le dijo “...muy tranquilo, ahora iremos a verle, no se asuste, ahora muy tranquilo”. El silencio volvió a reinar en el recinto hasta pasados unos ocho o diez minutos, momento en el cual se abrió una puerta en forma de corredera y por ella entraron tres individuos que para el testigo deberían ser médicos. Cuando se aproximaron recibió un sobresalto, su aspecto era tan raro que inmediatamente se dio cuenta que aquello no era normal y que no estaba en un hospital. Aunque nunca había creído en ello, riéndose de quienes contaban historias de este tipo, sólo le quedó margen para pensar que aquello era algo así como una nave y empezó a ponerse nervioso elucubrando cual sería el desenlace de todo esto. Los tres seres eran idénticos y se dirigieron a él amablemente. A decir verdad tan sólo uno de ellos, el más cercano, era el que hablaba. Le tocaron en la frente, la cara y parte del pecho, le tomaron el pulso, le aplicaron un aparato que estaba adherido a una de las paredes colocándoselo en el pecho. Era algo muy pesado con una pantallita mirando hacia él.
Tras el examen dialogaron mutuamente con preguntas referentes al testigo y de éste hacia los tres seres. Preguntas que iban desde la causa de su comportamiento con el señor F.A. a las de éste con respecto a sus captores. Su posible origen, etc.
Algunas de estas preguntas no eran contestadas por causa de la intervención de la máquina con aspecto de brújula. En ningún momento participaron en la conversación los otros dos seres, que actuaron como meros testigos. Le comentaron que desde ese momento podrían volver a entrar en contacto con él cuando quisieran debido a que le habían colocado “algo” en su cuerpo para facilitar esta labor. Después se produjo un hecho extraño. Todas las luces se apagaron y todo quedó a oscuras. Poco después volvió a su normalidad. Le comentaron que había habido algo encima de ellos y tuvieron que silenciar su presencia.
Poco después le dijeron que como ya estaba repuesto de lo que le había causado su desmayo (un infarto), ya podía volver fuera. Y le acompañaron al exterior, viéndose sorprendido al ver de nuevo la oscuridad del paisaje circundante. Cuando se separó del objeto, este empezó a elevarse ligeramente en su postura horizontal, como un huevo acostado de lado, para inmediatamente, como a unos cuatro metros inclinarse en diagonal y salir disparado hasta verse como un punto oscuro que de pronto se iluminó perdiéndose de vista.
Durante este proceso sólo oyó un ruido semejante a un zumbido de abejas.
Cuando empezó a tener conciencia de donde estaba descubrió que era un lugar cercano a donde se había quedado dormido. Intentó ver la hora pero el reloj estaba parado. Por lo que dando tumbos caminó hacia Mérida. Cuando llegó a su casa ya se divisaba la luz del día. Sus familiares, que habían estado alarmados por su desaparición, le recriminaron que no les hubiera avisado de su tardanza en regresar. Por la hora que le comentaron dedujo que debió abandonar el objeto sobre las siete de la mañana. Aturdido y sin escuchar a los familiares, sin desayunar, dijo estar muy cansado y se acostó. Durmió profundamente hasta que, a eso de las dos, le despertaron para comer. Al ponerse en pie dio un grito y cayó desplomado. Los familiares al ver su estado lo condujeron al hospital donde, aparentemente, creyeron que se trataba de un ataque de gota. En el posterior examen advirtieron debilidad cardiaca y le enviaron de urgencia a la ciudad de Badajoz. Tras esta estancia tuvo que ser enviado a la clínica Puerta de Hierro de Madrid, donde se le advirtió un cuadro clínico anormal, entrando en estado de coma para súbitamente, a los tres días, recuperar la normalidad. En los cinco años siguientes, y tras determinarle incapacidad laboral total, no se pudo establecer el origen de sus frecuentes y extrañas dolencias.
IMPLANTES
Durante una de las varias estancias de F.A. en la clínica Puerta de Hierro sucedió que en una de las radiografías del omóplato derecho salía un cuerpo esférico que denominaron “cuerpo extraño”.
El Dr. Y me comentó que me lo iban a extirpar. A la mañana siguiente, previa a la operación, me repitieron la radiografía y el objeto había desaparecido. Por lo que el Dr. volvió a sacar una más, cosa que hizo personalmente, ratificándose el resultado negativo de la anterior. Aquello había desaparecido misteriosamente.
Hubo más suerte con el dedo pulgar de mi pié derecho, del mismo extrajeron un pequeño objeto parecido a un perdigón. Me preguntaron si sabía su origen. Comenté que lo ignoraba. Luego vinieron dos señores y muy asombrados se lo llevaron.
CONTAMINACIÓN RADIACTIVA
Asimismo F.A. presentaba contaminación radiactiva de la que, pese a su pequeño grado, el testigo nunca pudo explicar su origen.
En los reiterados exámenes efectuados en la clínica, le preguntaron, en varias ocasiones, por la posible causa de todos sus males. F.A. nunca comentó nada sobre su incidente.
Hoy he recibido los tres pitidos –continuó F.A.– por eso le llamé. Durante la primera cita, cada vez que intentaba contarle algo recibía un pitido. Sé que se marchó decepcionado y quizás se formó una mala opinión de mí. Ahora ya sabe el por qué.
Me dijeron que su nave sólo era para venir aquí. Provenían de otra mayor que según ellos por su volumen y peso nublaría el Sol. Estaba dotada de una gran velocidad. Están movidas por lo que nosotros llamamos computadoras y funcionan con el pensamiento. Estas máquinas corrigen y dan consejos. Según aquellos seres nosotros tardaríamos 50 años en llegar a su mundo. Ellos lo harían en sólo algunas horas.
En el interior del objeto me enseñaron una serie de plantas que me dijeron que habían conseguido mediante mezclas con otras para potenciar su valor vitamínico.
Lo que parecía la rosa de los vientos –según ellos- tenía el control absoluto de la nave hasta tal punto que si tomaban una decisión bélica podía autodestruir aquel aparato.
Antes de elevarse, cuando se produjo el apagón, me explicaron que había objetos en su trayectoria. Cuando se marcharon se encendieron las luces y se pusieron en movimiento.
Lo que conocían de nuestro idioma lo habían captado a través de emisoras de radio.
Lógicamente les pregunte ¿por qué no enseñáis lo que sabéis a la gente de la Tierra?
Entonces me contestó la máquina: “ La gente de la Tierra no está preparada para recibirnos aún. Si lo hacemos desencadenaríamos una reacción bélica teniendo que replicar y causando la muerte a muchos inocentes. Estamos buscando la forma de acceder a vuestro planeta de un modo pacífico. Tu has de servir de mensajero transmitiendo lo que te hemos contado.”
INFORMES MÉDICOS
A partir del día 27 de diciembre, F.A. pasaría por un auténtico calvario. Durante varios años, hasta que se le dictaminara inutilidad total, sería sometido a múltiples estudios de los que se desprende que no hay un origen claro de sus enfermedades, algunas de las cuales han sido provocadas por los tratamientos iniciados para atajar los primeros síntomas.
Como resumen del voluminoso dossier médico comentaremos el anecdótico detalle del encefalograma “fantasma”.
Se trató de un electroencefalograma que le hicieron y que denotaba registros totalmente anormales, dando la impresión de que el cerebro de F.A. no tenía actividad alguna. Cosa imposible ya que éste evidenciaba todo lo contrario.
Queremos pensar que su desaparición no tiene más trascendencia que la de que algún especialista se lo llevara como curiosidad o para elaborar algún informe en una revista médica.
El testigo pasó de ser un adulto normal con algunos problemas de visión y ligeros síntomas de diabetes no insulinodependiente a sufrir varios infartos, un síndrome polindrómico de etimología desconocida. Invasión de un virus desconocido que afectaba a sus defensas, reumatismo migratorio que le provocaba gravísimos dolores, estados de shock con caída de las constantes vitales para volver a la total normalidad en cuarenta y ocho o setenta y seis horas, así como anormalidades orgánicas tan aberrantes como una obstrucción intestinal de aspecto pútrido de 45 días, con diez kilos de peso.
En el punto en el que se quejó de la presión del supuesto tentáculo le quedó una marca bilabial con la forma de dos medias judías opuestas. Cada vez que pasaban del color rosado al violeta F.A. llamaba a los médicos para indicarles que en un par de días debería ser ingresado. Inexorablemente en ese periodo de tiempo todas sus constantes se venían abajo.
Hay que destacar un detalle de este caso que le hace particularmente paralelo a otros casos de abducción. En una carta personal uno de los doctores del hospital Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Badajoz le comenta al testigo:
“Si Vd. nos pudiera ayudar contándonos lo que realmente le pasó quizás podríamos ayudarle de una manera más efectiva y a la vez a otros que han tenido síntomas parecidos a los suyos.”
INTERVIENEN LOS MILITARES
Las dos personas que con cierto asombro recogieron el objeto extraído del pie, resultaron ser un doctor americano y un señor de paisano que según pudo saber más tarde el testigo era un militar. Ambos lo trasladaron a Arganda para su estudio. Hasta la fecha y pese a las reiteradas solicitudes del testigo y de los investigadores nunca les trasmitieron la etiología del pequeño objeto.
¿Qué mecanismo o mecanismos provocaron la presencia de estas dos personas en la intervención quirúrgica de la extracción del objeto y su posterior análisis?
Se debió –quizás- al detalle de haber sido dictaminado como contaminado por radiaciones o al hecho de lo que éste comentaba en sus pesadillas.
El testigo asegura que nunca contó la historia de lo ocurrido a ninguno de los médicos. Sin embargo éstos, en alguna ocasión, le aconsejaron que no diera mucha publicidad a lo extraño de sus dolencias por miedo a que le afectara a su pensión.
F.A. fue desahuciado médicamente a los cuatro años del suceso, no obstante, su calvario por los hospitales se prolongó hasta su fallecimiento.
En cierto modo y debido a su reticencia a ser sometido a sofronización, muchos de los detalles que el mismo admitía no poder recordar le han acompañado hasta su cenotafio.
LA ENTREVISTA
El primer contacto con el testigo sería totalmente negativo. El señor F.A. se dedicó, en el transcurso de esta a poner a prueba a su interlocutor. Éste pensó que se trataba de un hipocondríaco que sólo hablaba de que sufría un cúmulo de enfermedades que no habían sido debidamente diagnosticadas. En ningún momento comentó nada que pudiera tener relación con un suceso de fenomenología extraña.
Tuvieron que pasar varios meses hasta la celebración una segunda entrevista, de forma un tanto inusual por la hora y la urgencia.
Eran las diez de la noche y el testigo se encontrba con un gran deterioro físico y la evidente alarma de su esposa e hijo adoptivo.
F.A. pidió que no le molestaran, cerrando las puertas del salón de su casa. Y a continuación entregó al investigador, sin mediar palabra, un grupo de cuartillas escritas a máquina y una carpeta llena de documentos médicos. Pidiéndole que fotocopiara estos últimos y se los devolviera. Exhortándole a que leyera las cuartillas. Cosa que hizo entre la obligación y el asombro. En ellas advirtió una historia inusual cuyo resumen ha quedado anteriormente expuesto.
A continuación y sin dejar tiempo a la sorpresa indicó: “ahora estoy a su disposición, no me encuentro bien, mañana seré una vez más hospitalizado. Utilice la grabadora y pregúnteme lo que crea conveniente”.
F.A. contó a lo largo de una extensa conversación todos los detalles de su extraordinaria aventura. Podéis leer la entrevista en mi libro Los Visitantes desconocidos.