Los discos Dropa

«El cielo nublado cayó sobre el remoto valle en una fresca tarde de otoño. Los picos de las montañas cercanas habían sido ocultados por las nubes desde hacía unos días. Un profundo retumbo sacudió el terreno, haciendo huir a los animales y sorprendiendo a los pájaros en las ramas de los árboles. 
El retumbo, parecido a un trueno, va creciendo en intensidad. El valle nunca ha escuchado un trueno como éste. Un grupo pequeño de cazadores que acechan a un ciervo eleva sus ojos al cielo, esperando que empiece a brotar agua de las nubes. Pero este no es un trueno normal. Un destello nítido aparece en el cielo. Los cazadores se dan cuenta de que no es un relámpago. Nunca antes han visto nada igual. Un brillante objeto aparece sobre sus cabezas mientras miran asombrados. El objeto se tambalea como si fuera a caer, como si luchara contra la gravedad para evitar estrellarse contra el terreno.
Los cazadores preparan sus armas, sin saber si el misterio del cielo puede representar una amenaza. De repente, el ruido desaparece y el objeto hace un viraje final antes de golpear contra el suelo. Los cazadores sienten un temblor en sus pies debido a la onda expansiva. La cosa –sea lo que sea– golpea el terreno detrás de unos árboles, quizás a una hora de distancia a pie. Una nube de polvo oculta los árboles. 
Los cazadores discuten si deben ir a investigar o no. Todos tienen miedo pero nadie quiere reconocerlo. Afianzan sus armas y toman la dirección que ha seguido el objeto. 
Tienen que darse prisa, la tarde está cayendo. Cuando llegan allí el Sol está ya prácticamente oculto por las montañas. Alguien ha llegado antes que ellos. Es una cosa indescriptible, el objeto es más grande que los árboles y refleja la ya escasa luz del día como si fuera una roca mojada. Los cazadores no tienen palabras para expresar lo que es eso, una forma totalmente desconocida. Un hoyo aparece a su lado, y algo se mueve dentro…» 
Los detalles de esta historia son  –por supuesto– ficción, pero si la interpretación de un increíble descubrimiento realizado en 1938 es correcta, la historia podría haber sido real.
Existe en China una antigua leyenda que habla de la llegada de unos pequeños hombres amarillos de diminutos y débiles cuerpos pero de largas y anchas cabezas procedentes de las nubes, de los que rehuía la gente por su extraña apariencia, y que fueron perseguidos para ser cazados por la tribu del lugar.
Entre finales de los años treinta y primeros de los cuarenta, una expedición china a la región montañosa de Bain-Kara-Ula, en los confines de China y Tibet, localizó en unas cuevas sepulturas y restos de esqueletos de seres de pequeño tamaño y poseedores de un gran cráneo. La antigüedad de estos hallazgos se calculó en torno entre diez y doce mil años. Junto a estos esqueletos se encontraron 716 extraños discos o platos de piedra.


El lugar

Las Montañas Bayan Kara-Ula es una de las áreas más aisladas de la Tierra. La ciudad más cercana a ella es Lhasa, en el Tíbet, a una distancia de 640 kilómetros al sur por terreno infranqueable.
Actualmente está habitada por dos tribus de gente muy distinta a la gente de los pueblos de alrededor: los autodenominados Dropa y los Han, y simplemente no encajan en ninguna categoría racial establecida por antropólogos.
En primer lugar, son de pequeña estatura. La altura media de un adulto es 1 metro y 25 centímetros, son amarillos, sus cabezas son desproporcionadamente grandes y casi calvos, y sus ojos son grandes y azulados, pero no de aspecto oriental.
Sus rasgos son prácticamente caucásicos, y sus cuerpos son sumamente delgados y delicados. El peso medio de un adulto es aproximadamente de 50 kilogramos.

El descubrimiento

En 1938 Chi Pu Tei, profesor de arqueología de la Universidad de Beijing, conducía a algunos sus estudiantes en una expedición a inspeccionar una serie de cuevas que se entrelazan en las montañas de Bayan Kara-Ula, sobre las fronteras de China y Tíbet.
Según se adentraban, se dieron cuenta de que mas que cuevas, era un sistema complejo de túneles artificiales y despensas.
Las paredes eran cuadradas y cristalizadas, como si el corte en la montaña hubiera sido realizado con una fuente de calor extremo.
Dentro de las cuevas hallaron lugares de entierro, y en ellos unos extraños esqueletos.
Estos esqueletos eran pequeños y delgados y con cráneos muy desarrollados.
Al principio se pensó que las cuevas había sido el hogar de una especie hasta ahora desconocida de primate. Pero esta idea se desechó al encontrar los esqueletos enterrados.
El mismo profesor Chi Pu Tei dijo: "¿ Quien conoce algún primate que entierre a otro?.
Otros descubrimientos realizados en las cuevas excluyeron definitivamente la idea que estos restos eran de monos.
Sobre las paredes había pictogramas tallados del cielo: el Sol, la luna, las estrellas, y la Tierra con las líneas de puntos que los conectan.
Pero aun faltaba el descubrimiento más fantástico de todos. Semienterrado, debido a la suciedad de la cueva, había un disco de piedra, obviamente realizado por la mano de una criatura inteligente. El disco tenía 22.7 cm del diámetro y 2 cm de grueso, también tenía un agujero en el centro, perfectamente circular, de 2 centímetros de diámetro. De aquí surgía un surco fino en espiral hacia el exterior con caracteres escritos.
Éste disco, ha sido datado entre 10.000 y 12.000 años de antigüedad (mucho más antiguo que las grandes pirámides de Egipto). Pero no fue el único, en total han sido encontrados 716 discos. Y cada uno con caracteres diferentes.

Los discos

Los discos únicamente habían sido etiquetados, junto con el resto de los hallazgos de la expedición, y guardados en la Universidad de Beijing desde el día de su descubrimiento.
En el transcurso de esos 24 años, otros habían intentado descifrar las extrañas inscripciones de los discos, pero sin éxito alguno.
Fue el profesor Tsum Um Nui quien, en 1962, al enterarse de la historia de los discos, se propuso el descifrar el significado de éstos.
Él y sus colegas intuyeron que los surcos espirales no eran simples dibujos, sino más bien una escritura increíblemente antigua grabada de algún modo desconocido y de un tamaño casi microscópico.
Si esto fuera cierto sería la escritura conocida más antigua del mundo, ya que los discos tienen una antigüedad de 10.000 a 12.000 años.


Para empezar, el profesor fue transcribiendo minuciosamente los caracteres del disco a un papel, ayudado de una lupa, ya que las filas de jeroglíficos eran tan pequeñas que fue necesaria su aporte para poderlos ver claramente. Muchos de los jeroglíficos habían sido desgastados por la erosión,
Durante este proceso, al profesor le iban asaltando preguntas: ¿Cómo pudo un pueblo primitivo realizar unos discos tan exactos? ¿Cómo labraron una escritura casi microscópica en la piedra? ¿Quiénes eran y para qué fin realizaron estos cientos de discos?
Una vez que los caracteres de todos los discos fueron copiados, el profesor Tsum Um Nui y sus colegas, comenzaron la ardua tarea de intentar descifrar su contenido.
Finalmente, probando, intercambiando dibujos por palabras y frases, llegó a descifrar parte del código o escritura.
Hecho esto, se dedicó a ordenar los discos, de la forma más coherente que pudo, y así, hacer una transcripción parcial. La historia que en los discos se contaba era simplemente asombrosa.

La historia

El Dr. Tsum supuestamente informó de su descubrimiento en 1962. Pasó a papel la transcripción, así como sus conclusiones y lo presentó en la universidad para su posterior publicación, la cual lo prohibió tajantemente. Fue tomado en burla hasta tal punto que él mismo se exilió a Japón, donde luego moriría. La Academia de Pre-Historia de Pekín nunca le permitió publicar o hablar de su hallazgo otra vez.

Dudas sobre el Dr. Tsum

"Tsum Um Nui" no es un nombre chino real, por lo que algunos críticos sugieren que ni siquiera haya existido. Otros aseguran que Tsum Um Nui es un nombre japonés adaptado al idioma chino. Además de sus teorías sobre los Dropa, no hay más evidencia de que haya existido.

Publicación de la  historia

Fue en 1965, cuando inesperadamente, un artículo escrito por el filólogo ruso Vyacheslav Saizev apareció en la revista alemana Das Vegetarische Universum, y en la revista anglo-rusa Sputnik, contando la historia de los discos, su composición, y un extracto sobre lo que había sido descifrado por el profesor Tsum Um Nui.
Los discos cuentan la historia de una nave espacial procedente de un planeta lejano que tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en las montañas de Baian Kara-Ula.
Los tripulantes de la nave espacial (Dropas) buscaron refugio en las cuevas de las montañas y a pesar de que sus intenciones eran pacíficas, los Dropa no fueron comprendidos por los miembros de la tribu Ham, los cuales, ocupaban las cuevas vecinas y, pensando que eran enemigos que querían apoderarse de su territorio, persiguieron y mataron a algunos de ellos.


Cuando finalmente la tribu de los Ham comprendieron el lenguaje por señas de los Dropa, los admitieron en su territorio al saber que los recién llegados tenían intenciones pacíficas.
Los discos también cuentan como los Dropa fueron incapaces de reparar su nave espacial y la imposibilidad de volver a su planeta de origen, teniendo entonces que quedarse a vivir en la Tierra.

Investigaciones

Precisamente en 1965 dieron permiso finalmente al Profesor Chi Pu Tei y cuatro de sus colegas para revelar su teoría. Ellos la revelaron bajo el nombre de The Grooved Script concerning Space-ships which, as recorded on the Discs, landed on Earth 12.000 years ago.
Los registros —unos 716 discos acanalados más tarde descubiertos en las mismas cuevas— cuentan una asombrosa historia de una sonda espacial enviada por los habitantes de otro planeta. Después del aterrizaje en las montañas Bayan Kara Ula, según dicen las escrituras, las pacíficas intenciones de los extraterrestres confundieron a los miembros de la tribu de los Ham, los habitantes de las cuevas vecinas, que persiguieron y mataron a los extraterrestres.
Las fotos muestran que los discos Dropa eran, de hecho, discos Bi, de los cuales miles han sido encontrados por todas partes de China, sobre todo en las provincias del sudeste del país. Los discos Bi pueden medir desde unas pulgadas a varios pies, y comúnmente son hechos de jade o nefrita, con un pequeño agujero redondo o cuadrado en el centro. La mayor parte de los discos Bi datan del período Neolítico, pero han sido encontrados hasta del período de la dinastía Shang. Los discos Bi que datan de más allá del período Shang son por lo general más adornados, tallados con dragones, serpientes y a veces peces, y usados en ceremonias rituales. La mayor parte de los discos Bi del Neolítico fueron encontrados en tumbas, enterrados bajo la cabeza o los pies del difunto. Ningún disco Bi contiene escrituras o surcos en espiral como se han descrito en la historia Dropa por autores como Hartwig Hausdorf.
Los discos Dropa, como se dice, son sólo de 30 centímetros de diámetro. Sin embargo, una fotografía en blanco y negro, que según Hausdorf y otros pertenece a un disco Dropa, muestra claramente un disco que descansa sobre un asiento, con varios pies de diámetro, desprovisto de toda marca.

Investigación rusa: Las Fotos de Wegerer

En 1974, Ernst Wegerer, un ingeniero austríaco, fotografió dos discos que coincidían con las descripciones de los discos Dropa. Estaba en un viaje guiado en el Museo de Bampo en  Xian, cuando vio los discos de piedra expuestos. Dijo que vio un agujero en el centro de cada disco y jeroglíficos en surcos, en parte desmenuzados, parecidos a una espiral.
Wegerer preguntó a los encargados del museo si le podían dar más información sobre las piezas en exhibición. La encargada no sabía nada sobre las piedras; sólo pudo contarle la historia completa de otros artefactos de arcilla. Lo único que sabía era que las piedras fueron "objetos de culto" sin importancia.
A Wegerer le permitieron tener uno de los discos en su mano. El ingeniero estimó que el disco pesaba 1 kilogramo y medía 30 centímetros de diámetro. Los jeroglíficos no se apreciaban en sus fotografías porque el flash de la cámara no dejaba ver los detalles finos, como los surcos en espiral.


Unos pocos días después de la visita de Wegerer, la encargada fue despedida de su trabajo sin que se le explicaran las razones. Ella y los dos discos desaparecieron, según el profesor Wang Zhijun, director del Museo de Bampo, en marzo de 1994.

Corroboración

Desde que se descubrió el primer disco, muchos arqueólogos y antropólogos aprendieron más acerca de la solitaria área de Bayan Kara Ula. Mucha de la información que se encontró allí confirmaba la historia descrita en los discos.
Las leyendas, que supuestamente aún se conservan en el lugar, hablan de pequeños y delgados hombres de tez amarilla que "vinieron de las nubes hace mucho, mucho tiempo". Estos hombres tenían enormes y protuberantes cabezas, y débiles cuerpos, y eran tan feos y repugnantes que fueron rechazados por todos. "Hombres con rápidos caballos" persiguieron y cazaron a los asquerosos enanos. Curiosamente, la descripción de los "invasores" concuerda con los esqueletos encontrados en las cuevas por el profesor Chi Pu Tei.


En 1947 el aventurero Karyl Robins-Evans, fallecido en 1974, después de haber visto uno de estos discos de piedra que había logrado conseguir un amigo, Sergei Lolladoff, cuando era oficial del Ejército británico en la India, afirmaba haber vivido entre los dropa, acumulando numerosa información sobre sus costumbres, su sistema social y su historia.
Todo este trabajo está recopilado en su libro Los dioses del Sol en el exilio.


Los críticos rechazan la historia

Los críticos rechazaron en gran parte la historia de los Dropa, sosteniendo que era una mezcla de engaño y leyenda urbana. Por ejemplo, el escritor David Richie menciona que estas historias intrigaron a Gordon Chreighton, un Fellow de la Real Sociedad de Antropología y la Real Sociedad de Geografía. En la investigación, Chreighton consideró que las alegaciones sobre los Dropa “carecían de fundamento”, y detalló sus conclusiones en un artículo para el Flying Saucer Review.
No es fácil encontrar evidencia creíble que demuestre que los discos Dropa existan o hayan existido en el pasado. Defensores del relato aseguran que es el resultado de una alteración social causada por la Revolución Cultural China y de un encubrimiento confabulado por las autoridades de ese país. Sin embargo esto va más allá de China; ya que los que se oponen a la historia de los Dropa, afirman que es un engaño de Erich von Däniken.
A continuación, se mencionan las refutaciones de las alegaciones más efectistas sobre los Dropa:

1. El descubrimiento. No existen menciones de que se hayan realizado expediciones en Bayan Kara Ula en 1938. No hay referencias de la existencia de "Tsum Um Nui" en ningún lado. Como se supone que huyó de China y murió en Japón en la década de 1960, la teoría del encubrimiento por autoridades chinas durante la Revolución Cultural sería falsa. En ningún momento existió una "Academia de Pre-Historia de Pekín".

2. Primeras fuentes. La primera mención de la historia se encuentra en el infame libro de Erich von Däniken, Chariots of the Gods?. El libro fue criticado como poco fiable; de hecho, la mayoría de los nombres y fuentes que nombraba no pudieron ser confirmadas. Däniken afirmó que su fuente principal había sido el escritor de ciencia ficción Alexander Kazantsev. Sin embargo, Kazantsev negó esto y dijo que el mismo Däniken era quien le había contado la historia de los Dropa.

3. Posteriores fuentes. Una revisión rápida de Dioses en el exilio revela que fue publicado como una obra de ficción . El ufólogo francés Patrick Gross encontró al verdadero David H Gamon (no Agamon !), el autor de Dioses en el exilio y le preguntó acerca de la historia. Él le habló acerca de que su obra era ficción, y lo describió como "su mejor engaño" (como le dijo Fortean Times en el 1992 (Volumen 62: 63 )).
El 'Dropa' - David Gamon parece haber sido el primero en escribir el nombre 'Dzopa' - se sabe más correctamente como Dropka, un pueblo nómada del Tíbet occidental y Nepal , y jamás una especie exótica. De hecho, el nombre significa "pastor" y no es una designación étnica en absoluto. Algunos sitios web publicaron una fotografía de Robin-Evans con el actual Dalai Lama. Sin embargo, la foto es bastante reciente, por lo que no puede ser Robin-Evans (quien falleció en 1978, según Hartwig Hausdorf).

4. Traducción. No hay absolutamente ningún precedente de un lenguaje completamente desconocido que haya sido descifrado satisfactoriamente. Todas las lenguas perdidas antiguas han sido descubiertas de nuevo sólo porque ellas sobrevivieron en forma oral y/o escrita. Incluso en tales casos, descifrando y entendiendo estas viejas formas de lenguaje y sus escrituras por lo general tomaban décadas para múltiples equipos de lingüistas sumamente competentes, y los detalles de sus conclusiones constantemente están siendo examinados de nuevo y puestos al día. Además, se sabe de lo difícil de traducir textos antiguos, incluso teniendo conocimientos sobre estos idiomas.
Considerando estos hechos, habría aún mayores dificultades en la traducción de una lengua realmente extraterrestre. Es por lo tanto sumamente improbable que sólo un erudito chino, sin ayuda de nadie, pudiera descifrar una escritura ajena a la lengua en su rato libre.

5. Los discos. Todo lo que existe de los discos Dropa son varias fotos panorámicas. En primer lugar, los discos fotografiados no concuerdan con los discos de 30 centímetros; en las fotos son mucho más largos. Por otro lado, las fotos no muestran ninguno de los supuestos surcos profundos. Finalmente, no hay fotos, descripciones, análisis o cualquier otra evidencia que muestre la "escritura alien" que tienen los discos.

6. La evidencia. Supuestamente, los discos fueron guardados en varios museos de China. Sin embargo, ninguno de estos museos posee rastros de los discos. Tampoco se han encontrado los que, teóricamente, habían sido enviados a la Unión Soviética para ser analizados.

7. Las tribus Dropa. Mientras que se ha relatado que son tribus de enanos débiles, en la actualidad los Dropa son pastores nómadas que habitan la mayor parte del norte del Tíbet. Los Ham son también habitantes del Tíbet, y tradicionalmente han servido como guerreros: muchos de los guardaespaldas del 13º Dalai Lama durante su escape de la invasión china eran Ham tibetanos. La palabra "Dropa", según Creighton, describe a los residentes nómadas de las tierras altas del Tíbet, y literalmente puede ser traducida como "soledad" o "aislada". Además, Creighton describió a los Dropa no con semejanza a "trogloditas", o como "atrofiados"; al contrario, ellos tienden a ser bastante grandes y robustos, conviniendo a su ocupación como pastores.)

Extrañas propiedades

Físicamente, las piedras de granito contenían altas concentraciones de cobalto y otros metales, una piedra muy dura que habría hecho muy difícil para los pueblos primitivos realizar el trazado, especialmente con caracteres tan diminutos. Cuando analizaron un disco con un oscilógrafo, un sorprendente ritmo de oscilación fue registrado como si, dijeron los científicos, como si ellos hubieran sido alguna vez cargados eléctricamente o hubieran funcionado como conductores eléctricos.


Sea cual sea su verdadera naturaleza, origen, o significado, las piedras Dropa presentan un intrigante puzle para arqueólogos y antropólogos. ¿Fueron los Dropa realmente visitantes de algún planeta distante, o es su historia un mero mito imaginado por una cultura primitiva? Si lo último es cierto, se debe añadir un “mito” más al largo número de historias de las culturas antiguas que cuentan que sus descendientes vinieron a la Tierra desde los cielos. Si lo anterior es cierto, las piedras Dropa podrían representar la primera visita registrada de una civilización extraterrestre a nuestro planeta. Por ahora, las piedras Dropa siguen sin explicación.

Hechos recientes

En 1994 el investigador Peter Krassa localizó parte de los discos en el Museo de Xi'an. El co-autor del libro Satélites de los dioses: Zonas prohibidas en China junto a Hartwig Hausdorf, intentó acceder a los discos y a toda la información en el Museo de Xi'an, pero 20 años después de la visita de Ernst Wegerer y su mujer se había perdido toda referencia de la presencia de los discos. Sencillamente habían desaparecido.
En 1995 la agencia de noticias Associated Press de China hacía el comunicado de un descubrimiento en la provincia de Szechuan, junto a las montañas de Bain-Kara-Ula de una pequeña tribu aislada hasta ese momento del resto del mundo. Esta comunidad estaba compuesta por unas 120 personas no catalogables en ningún grupo etnológico de la región. La característica que más llamaba la atención era su escasa altura, el individuo más alto no sobrepasaba el metro y quince centímetros. Nada más se supo desde entonces de esta tribu y cuál fue su paradero por parte de las autoridades chinas.Fue descubierta por el arqueólogo Guergui Chatski en la región de las cuevas de "Ferghana" en Uzbekistán, antigua ex-república soviética, junto a gran cantidad de otras pinturas rupestres. Es conocida popularmente entre los estudiosos como el "hombre de Marte".



Durante el 2007, una de las descendientes del Doctor Tsum Um Nui, revelo a la prensa que este había dejado en su casa, aparentemente con la intención de estudiarlos, algunas muestras de uno de los esqueletos hallados.
Si bien los primeros análisis no arrojaron resultados concluyentes, estos habrían quedado entre las pertenencias del doctor, esperando a revelar sus secretos en algún momento.
Durante Octubre del 2007 se reveló a la prensa la existencia de estas muestras, con lo cual se enviaron para un análisis de ADN. Estos estudios trajeron a la luz más información de la que se esperaba, ya que se descubrió que no solo había descendientes híbridos en un remoto pueblo en China.