La ecuación de Drake: Agregando un factor METI





Dr. Alexander Zaitsev (RUSIA)
alzaitsev@yahoo.com




METI (Mensajes a Inteligencias Extraterrestres) es una actividad que creo es un atributo inherente de las civilizaciones avanzadas. Para explicar la verdadera preponderancia de las civilizaciones comunicativas (es decir, aquellas que se dedican a METI), sugiero que introduzcamos un factor METI fm  en la clásica Ecuación de Drake. En este caso, la Ecuación de Drake modificada toma la siguiente forma:

N = R* × fp × ne × fl × fi × fc × fm × L

Donde:

N = el número de civilizaciones potencialmente detectables en la galaxia Vía Láctea,
R* = el ritmo de formación de estrellas en la galaxia,
fp = la fracción de aquellas estrellas con sistemas planetarios,
ne = el número de planetas por sistema solar que son adecuados para la vida,
fl = la fracción de aquellos planetas donde la vida realmente aparece,
fi = la fracción de lugares con vida donde se desarrolla la inteligencia,
fc = la fracción de planetas comunicativos (aquéllos  en los cuales se desarrolla la tecnología de comunicaciones electromagnéticas ),
fm = la fracción de planetas comunicativos con clara y no paranoide conciencia planetaria (es decir, aquellos que emprenden una deliberada transmisión interestelar),
L = el “tiempo de vida” durante el cual tales civilizaciones transmiten señales detectables al espacio.

Permítasenos tratar de calcular fm. Ya que nosotros no nos adherimos a la posición antropocéntrica, deberemos proceder desde la suposición de que la conciencia de la Tierra no es esencialmente diferente que la de los otros. Entonces el factor METI fm debería ser bastante pequeño, aproximadamente 0,01. Este guarismo proviene del hecho de que nuestra civilización se ha dedicado a unos cien pasados y presentes programas SETI  (ver por ejemplo, Jill Tarter "Archive of SETI", SETI 2020 Roadmap, pp. 381-425), y sólo a un Programa METI (en Evpatoria Radar Telescope). Por otra parte, si suponemos que prevalece una tendencia aislacionista alrededor del Universo, semejante a la declarada en el editorial "Active SETI Is Not Scientific Research",  de Michael Michaud, y si nosotros estamos de acuerdo con sus razones, podemos decir que el factor METI fm sería mucho más pequeño que 0,01, quizás cerca de cero. Pero en ese caso, ¡N está también cerca de cero, y SETI no tendría ningún sentido!

De esto se desprende la siguiente Paradoja SETI: "Nosotros y ellos debemos dedicarnos a SETI y METI, o bien no hacer nada".

Es importante enfatizar que los pioneros de SETI se dieron cuenta de esta dicotomía, y han prestado atención a SETI y METI. Philip Morrison recuerda en "My Forty Years of SETI" que Giuseppe Cocconi vino a él en 1958 con una pregunta: "Nosotros ya hacemos haces de rayos gamma. ¿Por qué no los enviamos al espacio para ver si alguien allí puede detectarlos?". Frank Drake y Carl Sagan desarrollaron y actualizaron la placa del Pioneer, el mensaje de Arecibo, y el disco del Voyager. El Premio Nóbel Andrey Sakharov escribió en "Questionnaire CETI", en 1971: "Quisiera hacer notar la importancia de diseñar y, sobre todo, llevar a cabo proyectos prácticos dirigidos a enviar señales. Ésta es la única manera de entender los sutiles problemas de los contactos. Aquí, como pasa siempre, los egoístas acaban fracasando."  En JPL, Steven Ostro escribió en "Project Moonbeam: An Omnidirectional Radio Beacon for the Lunar Farside", en 1989: "Podríamos concluir que es mejor dar que recibir, y que la guerra sobre el silencio debe comenzar en casa."

De esta manera, el clásico Principio Antrópico Participativo “los observadores son necesarios para traer el Universo a la existencia”, propuesto por John Wheeler en 1983, adquiere fuerza adicional: “los remitentes son necesarios para traer la conciencia al Universo."

En otras palabras, las señales inteligentes poco entrópicas de METI representan una participación consciente en la estructura observable del Universo. Solamente quienes ayudan en la superación del Gran Silencio merecen oír la voz del Cosmos.

Descargo de responsabilidad: Las opiniones aquí expresadas son exclusiva responsabilidad del autor  y no reflejan necesariamente la posición de la Liga SETI, sus miembros, funcionarios, comité consultivo, donantes o patrocinadores comerciales.



ENGLISH VERSION:

The Drake Equation: Adding a METI Factor
by Dr. Alexander Zaitsev

METI (Messaging to Extra-Terrestrial Intelligence) is an activity which I believe to be an inherent attribute of advanced civilizations. In order to account for the true prevalence of communicative civilizations (that is, those that engage in METI), I suggest we introduce a METI factor fm into the classical Drake Equation. In this case, the modified Drake Equation takes on the following form:

N = R* × fp × ne × fl × fi × fc × fm × L

where

N = The number of potentially detectable civilizations in the Milky Way Galaxy
R* = The rate of formation of stars in the Galaxy
fp = The fraction of those stars with planetary systems
ne = The number of planets per solar system that are suitable for life
fl = The fraction of those planets where life actually appears
fi = The fraction of life sites where intelligence develops
fc = The fraction of communicative planets (those on which electromagnetic communications technology develops)
fm = The fraction of communicative civilizations with clear and non-paranoid planetary
consciousness (that is, those which actually engage in deliberate interstellar transmission)
L = The "lifetime" over which such civilizations transmit detectable signals into space

Let us try to estimate fm. Since we do not adhere to the anthropocentric position, we should proceed from the assumption that Earth's consciousness is not essentially different from that of others. Then the METI factor fm should be quite small, about 0.01. This figure derives from the fact that our civilization has engaged in about 100 past and current SETI programs (see, for example, Jill Tarter's "Archive of SETI," SETI 2020 Roadmap, pp. 381-425), and only one METI Program (at the Evpatoria Radar Telescope). Moreover, if we assume that an isolationist tendency prevails around the Universe, akin to that stated in Michael Michaud's recent editorial "Active SETI Is Not Scientific Research," and if we agree with his reasons, than we could say the METI factor fm would be much smaller than 0.01, perhaps close to zero. But in that case, N is close to zero too, and SETI does not make any sense!

From this follows the next SETI Paradox: "Both We and They must either engage in both SETI and METI, or do nothing."

It is important to emphasize that the SETI pioneers sensed this dichotomy, and have paid attention to both SETI and METI. Philip Morrison recalls in "My Forty Years of SETI" that Giuseppe Cocconi came to him in 1958 with a question: "We already make gamma-ray beams. Why not send them out across space to see if anyone out there can detect them?" Frank Drake and Carl Sagan developed and actualized the Pioneer Plaque, Arecibo Message, and Voyager Record. Nobel Laureate Andrey Sakharov wrote in "Questionnaire CETI" in 1971: "I would like to notice the importance of designing and, especially, accomplishing practical projects directed to sending signals. This is the only way to understand subtle problems of contacts. Here, as it always happens, egoists end up with failure." At JPL, Steven Ostro wrote in "Project Moonbeam: An Omnidirectional Radio Beacon for the Lunar Farside" in 1989: "We might conclude that it is better to give than to receive, and that the war on silence must begin at home."

In this way, the classical Participatory Anthropic Principle, "Observers are necessary to bring the Universe into being," which was first put forth by John Wheeler in 1983, gains additional strength: "Senders are necessary to bring consciousness into the Universe."

In other words, - intelligent low-entropic METI signals represent a conscious participation in the observable structure of the Universe. Only we who help in overcoming the Great Silence deserve to hear the voice of the Cosmos.

Disclaimer: The opinions expressed in editorials are those of the individual authors, and do not necessarily reflect the position of The SETI League, Inc., its Trustees, officers, Advisory Board, members, donors, or commercial sponsors.
 


ALGUNOS APUNTES SOBRE EL AUTOR:
Es Ingeniero y Astrónomo. Se desempeña como Jefe Científico del Instituto de Radio Ingeniería y Electrónica de la Academia de Ciencias de Rusia; dirige el equipo de mensajes interestelares del Yevpatoria (Evpatoria) Deep Space Center y es Coordinador Regional para Rusia de la Liga SETI.
La carrera de Zaitsev se ha centrado en tres temas principales: Teoría, diseño e implementación de dispositivos de radar utilizados en el estudio de Venus, Marte y Mercurio, asteroides cercanos a la Tierra y mensajería de radio interestelar, campo actual de investigación.
En 1985 Zaitsev recibió el premio estatal de la URSS en Ciencias, en 1989 la Medalla Koroliov de la Federación Espacial Soviética, en 1995 la Unión Astronómica Internacional nombró al asteroide 1976 GH2 como Zajtsev 6075, en 1997 recibió la medalla Tsiolkovsky de la Federación Espacial Rusa, y en 2003 la medalla del jubileo de Ukrania '2500th Aniversario de Evpatoria'.


• Publicado con permiso del autor 
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